CAPÍTULO 6

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Canción: Somebody To Love- Queen


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LUNA SUPREMA

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Dos semanas después...

DIANA AYLEEN

Me encontraba sentada con la cabeza recostada en los barrotes, dibujando líneas con mis dedos en polvo del suelo.

—Can— susurre —anybody find... me somebody to... love?

No estaba segura de cuánto tiempo había pasado o qué hora era, no hay ventanas en este lugar, solo una pequeño compatimiento donde entraba aire fresco. Mi único contacto era la vampira del servicio, me traía las dos comidas del día, la ropa nueva cada dos días y me acompañaba a las duchas como si fuera una delincuente. Sin embargo, ella no me hablaba, de vez en cuento me miraba con desprecio.

Es que, ¿Qué tenían las empleadas conmigo?

—Ooh, each morning... I get up... I die a little— Seguí cantando un poco más animada, escuchando la melodía y las voces de Queen en mi cabeza, me sabia de memoria cada una de sus canciones —Can barely stand on my feet.

No sé lo que pasará cuando esa puerta se abra y me dejen ver la luz del sol, pero ya no quería estar más aquí. Me aburría demasiado, a veces me inventaba historias en la cabeza: 1123 historias de que hubiera hecho de no estar aquí, que hubiera pasado si nunca habria aceptado la propuesta de Zoeh. Que sería de mi vida de no haber encontrado a esa desgraciada.

Algunas eran épicas y fantásiosas, pero eran mejores que estar encerrada en un puto calabozo hasta el día de tu muerte, como dictó la suprema perra.

Tenía hiperactividad, además.

Esa mujer (que no quiero nombrar ni en mis pensamientos) está haciéndome algo que me mantiene despierta noche y día. Y de vez en cuando soy un paño de lágrimas de lo sentimental que me ponía.

Nos está matando a ambas. 

Un viento sacudió suavemente mis rulos, y claro que conocía la razón. Seguí dibujando en el suelo sin levantar la mirada.

—¿Qué haces? —Pregunta una voz, Amina.  ¿De verdad me pregunta eso después de no vernos quien sabe cuánto tiempo? La ignoré. —Humana.

Había vetado a los seres sobres naturales de mi lista de amigos, y yo no hablaba con desconocidos. La oigo gruñir frustrada.

—Me estoy arriesgando a mucho, y tú me ignoras.

Mhm, yo no sé lo pedí.

—Bien— Farfulla—Tendré que comerme este muffin de arándanos yo sola.

¿Me chantajeaba con comida?, ¿Me conoce tan bien? Mis dos únicas comidas eran pan y una botella de agua, sin duda mataría por comer pasteles. Pero había tomado una decisión. Escuche cómo se sienta frente a mí, con los barrotes separandonos, y como él papel se despegaba del bizcocho de ese pastel.

Cerré los ojos para controlar mis ganas de llorar. Si, iba a llorar por un pastel, ese era mi grado de sentimentalismo. Tomé mi collar que colgaban en mi cuello, y comencé a jugar tratando de distraerme.

Silencio ¿Tal vez se fue? Abrí mis ojos y solté un suspiro de alivio. Pero no duró mucho al ver el muffin a mi lado de los barrotes.

—Entiendo que no quieras hablarme —Dice— Cómelo, sin compromisos.

Black Onyx [1]Where stories live. Discover now