CAPÍTULO 14

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EL CEMENTERIO

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Tres días después.

DIANA AYLEEN

Frío y sombrío.

La verdad nunca pensé en la muerte, siempre la di por hecho; miles y miles de personas mueren a diario, muertes violentas, muertes tranquilas; no es algo de lo que se hable a diario.

Nadie quiere aceptar el hecho que la vida es frágil y la memoria es traicionera. Vas a quedar en el olvido si no haces algo en la vida. 

En tu lápida solo habrá musgo y telarañas, nada de flores y adornos bonitos. Ser una fotografía que nadie tendrá en su repisa, o que nunca derramarán unas lágrimas pensando en lo mucho que te añoran. Eso me parece más triste que la misma muerte.

El olvido.

—Cuando te pedí salir del castillo... no me imaginé un cementerio —Comenté.

Amina sonrió.

—Querías un lugar tranquilo y sereno, ¿no?

Niego con la cabeza. ¿Como ganarle a esta vampira?  Estaba nublado como es costumbre, eso le daba una luz tenue al lugar. Caminamos por las lápidas y mausoleos impecables,  otros que mi corazón dolió, estaba olvidados y descuidados.

No me quitaba de la cabeza que íbamos a un lugar en específico con una excusa de una caminata casual.

Mire a Amina.

Ella llevaba una chaqueta negra, una expresión que trasmitía tanto; sus ojos verdes iban de lápida en lápida en busca de alguien. No iba a preguntar. Es algo muy intimo que una persona importante que ya no está contigo, no quisiera incomodarla.

Baja la mirada a los tatuajes en sus manos, una pluma en la muñeca, en sus dedos habia dibujos "satanicos" pequeños. El corazón se me acelera de sobremanera, y siento mis mejillas enrojecer.

—¿Segura que no te conozco de alguna parte?—Cuestiono. Me mira con el ceño fruncido, y no puedo explicar como esa mirada hizo que casi me hiciera pipi. —Tengo mala memoria.

Ella suelta una risa, seguida por una sonrisa torcida.

— Creo que recordarías la fecha y la hora que hubieras tenido el placer de cruzarte en mi camino.

—¡Sabía que me dirias algo así!—Le digo. —¿El enorme ego es una de las tantas cualidades de los vampiros?

Se encoge de hombros, asintiendo. Guarde silencio, por el ambiente volvió pesado. Amina seguía su busqueda. Y a mi me carcomía la curiosidad.

—Se que haces tu mejor esfuerzo, rulitos —Murmura, sonreí disimuladamente al escuchar un cumplido de ella—Pero eres un fracaso.

Abrí mi boca, ofendida. Ella suelta una risita, lanzando unos mechones de su cabello hacia atras. Pasamos unos segundos de silencio, cuando ella suspiró rendida.

—Vamos a visitar a mis padres — confiesa.

Me apegue más a ella, quería abrazarla por confiarme algo así, voltea hacia mí con una risita en los labios.

Estire mis brazos, y ella endureció la mirada.

—Te rompería cada hueso que tienes, humana—Exclamó con seriedad. —No, no... mierda.

Black Onyx [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora