CAPÍTULO 11

10.4K 926 97
                                    


──•─── ☽○☾ ────•──

LA PESADILLA

──•─── ☽○☾ ────•──


DIANA AYLEEN

Salí del baño, ya había terminado de sacarme el cabello. Liayh me esperaba al borde de la cama, también bañada y con pijama. Suspiré nerviosa. El reloj marcó las doce en punto, ya era hora de cumplir lo que debía.

—¿Te asuste? —Preguntó preocupada, yo ladeo mi cabeza sin entender por qué la pregunta —Tu corazón está acelerado...

Si escucha los latidos de mi corazón, no me quiero imaginar lo que pude escuchar esta noche. No seas estúpida Diana Ayleen.

—Es solo... Estoy nerviosa—Explique mientras que jugaba con mis manos para intentar distraerme de esa vocecita que repetía que esto era una mala idea—Nunca había dormido con otra persona.

Su repuesta me pusa más nerviosa aún.

—Yo tampoco—Murmura avergonzada.

¿Y si tenía altas expectativas? Bueno solo es dormir juntas, nada del otro mundo. Pero quiero que sea perfecto, saqué todos mis pensamientos inseguros, puede disfrutar saber que era la primera vez de amabas compartiendo una cama.

Ella no era como Jessica en muchos sentidos.

—A veces ronco —Advertí, ella ríe.

—No me importa.

—Bueno, no digas que no te advertí.

Me le acerque a pasos cortos y temblorosos con su mirada siguiendo cada uno de mis movimientos. Dios. Al estar frente a ella, me sentí desnuda. Esas dos piezas de oro recorrieron sin piedad todo mi cuerpo. Un rubor suave nació en sus mejillas, y con nervios pasó sus manos por su pantalón, ella estaba igual de nerviosa que yo.

Y de pronto sucedió algo que me dejó sin aliento.  Bum, bum.  Escuchaba su corazón palpitar desenfrenado en su pecho.  Bum, bum. Sonríe feliz al escuchar ambos corazones nerviosos que se complementaban armónicamente perfecto, bombeando sangre exasageradamente para que pudieramos sobrevivir a esta nochr.

—¿Lo escuchas?—Sus ojos resplandecía como nunca.

—Sí —Respondí fascinada, observando como su pecho subía y bajaba.

Me tomo por sorpresa su abrazo, como sus brazos me rodearon con delicadeza. Correspondí con torpeza a ese abrazo lleno de sentimientos encontrados, ella se acurruca en mi cuello, extasiada con mi olor.  Nuestros corazones se unieron en un solo latir en ese bello momento.

Es culpa del vínculo. Nunca me había sentido así, sentir la calidez de alguien en mi pecho se sentía bien y es de algo que me podría acostumbrar. Pasaron solo segundos, minutos tal vez pero era sumamente adictivo su olor cítrico de algún perfume caro que me hacía perder la noción del tiempo y espacio. Inhale el olor de su pecho para guardar este momento.

—Liayh.

—¿Mmh?

—Se me están enfriando los pies—No mentía, suelta una risita y puedo sentir su aliento caliente en mi cuello, el cosquilleo en mi estómago aumentó.

Diosa Luna, ayúdame.

Sostiene mi mano mientras me lleva hacia la cama, y sin separarlas nos acostamos frente a frente. Esto no es lo que tenía en mente, es mucho mejor. Podría terminar mi día a día con esos ojos dorados viéndome hasta quedarme dormida como si fuera lo más maravilloso del mundo por el resto de mi vida, mientras que su exquisito aroma me daba calma. Deseaban que su olor se quedara entre mis sábanas eternamente.

Black Onyx [1]Where stories live. Discover now