CAPÍTULO 23

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LA VERDAD

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DIANA AYLEEN

(Al siguiente día)

7 am

Remojé mi dedo índice para cambiar la página. Acomodé más las piernas en el escritorio y me llevé un el vaso de vodka a la boca para seguir leyendo su bitácora:

Diana Ayleen no ha presentado síntomas a la sangre de vampiro, nada en su cuerpo parece cambiar. Las heridas sanas a una velocidad de 3 segundos más rápida que los vampiros. Estacas de madera, plata, bronce o cobre causan un daño mayor pero indefenso. Hiervas mágicas para noquear o dormirla no sirve en su sistema, solo la droga humana puede hacerla dormir.

Hipnosis.

Su memoria es manipulable con recuerdos a corto plazo. Pero su mente se cierra con los recuerdos antes del 2013, cuando Atlas Belanger le arrancó el corazón. Creo que ella va olvidando personas y sucesos cada vez que muere, y revive con un vago recuerdo de ellos, o nula del todo.

Solo tenemos constancia de la muerte en 2013, pero sospechamos de una posible muerte que inicio todo. La búsqueda de su familia es cada vez más difícil...

Me adelanté un par de páginas, ignorando las punzadas en el pecho cada vez que leía los títulos de aquellos párrafos tan frívolos que ella relataba sobre mí, como experimentaba con mi cuerpo los cinco meses que llevo aquí, cada vez que me hipnotizaba para conseguir información, como ellos rasgaban mi piel con algún artefacto mágico para conseguir un maldito análisis.

Experimento 1, 2... 15.

Tomé otro sorbo, y dejé el vaso el escritorio de un manotazo. Levante la mirada hasta la entrada del lugar al sentir voces energéticas y divertidas, y con algunas risas. Respiré un par de veces para calmarme, repetía en mi en mi mente que debía ser fuerte ante los desgraciados esos. Apreté mis labios, preparando el escape que debía tomar para que esto funcione.

La puerta se abre y entran: Jessica, Vicente, Carlos, Nik, Amina y Atlas. Todo el grupito, que coincidencia. Todos detuvieron su charla al verme, con tranquilidad volví a la primera página de su crónica, al día uno de su experimento.

Me pasé lengua por los dientes y leí su caligrafía implacable, con ironía:

—El individuo presenta síntomas de un hechizo mental—Exclame, soltando una carcajada seca y miré a una sombría alfa suprema— Es curioso como después de ocho exhaustivos capítulos, puedes escribir mi nombre sin que te tiemble la mano.

Silencio. Entonces, decidí seguir con otra página.

—Hoy, mezclamos sangre de vampiro en su jugo y pareció no notarlo. Ahora que recuerdo, si tenía un gusto diferente, pero soy muy buena como para quejarme— Ahora mire a Carlos— ¿No es cierto? No sabía que era tu pequeño frankie, amigo.

Él tampoco fue capaz de responder y solo baja la cabeza.

—Diana —Atlas dio un paso hacia mí, manteniendo una distancia para no alterarme y hablo con suavidad, pero no demostró lastima y mucho menos arrepentimiento con sus ojos verdes. Sabia perfectamente como discutir conmigo, el hijo de puta.

Lo enfrenté sin miedo.

—Ya entiendo las miraditas furtivas cada vez que tenías oportunidad; como tus ojos se iluminan al verme, Atlas Belanger. — inclino la cabeza —O prefieres Jorge Berche, cabron.

Black Onyx [1]Where stories live. Discover now