CAPÍTULO 38

6.8K 541 183
                                    


──•─────── ) ● ( ────────•──

EL CADAVER

──•─────── ) ● ( ────────•──

[Esa misma noche]

AMINA BELANGER

Frené el auto con brusquedad para no chocar al de Jessica. Ella, Zept y Atlas bajaron con prisa y se adentraron al bosque, rodeando el auto destruido de Carlos. Apague el motor. El corazón me dolía demasiado como para poder abrir la puerta. Dejé caer mi cara en el volante, me faltaba el aire.

¿Cómo se supone que actúe con frialdad si no escucho los latidos del amor de mi vida?

Le di un manotazo al volante con todas mis fuerzas, sacudiendo el auto. No me pude controlar y comencé a dar golpes una y otra vez.

—No—Murmure—No, no, no.

Busque en la guantera lo único que me calmaba, eso que cada vampiro necesitaba para subsistir, saque una bolsa de sangre. Las piernas me fallaban cuando salí del auto, bebí con desesperación hasta la última gota de la bolsa, mis pasos eran desorientados, solo seguí las voces entre los árboles y la oscuridad del bosque.

Lance lejos la bolsa vacía para comenzar a correr hacia ellos. Jessica estaba en el suelo, junto con Zept. Me tope con los ojos rojos de Carlos, al ver mi presencia en el claro del bosque bajó la mirada a sus pies con miedo.

Me fui acercando lentamente hacia Jessica, primero vi su vestido sucio por la tierra y restos de sangre seca. Subí la mirada al hueco de su pecho, donde debería estar su corazón y el latir nervioso cada vez que me veía ya no se oía.

Perdí el aire al ver su rostro palido y seco, perdió los colores de sus pecas. Sus labios eran morados, casi negro. El cabello rojizo se tornó marrón. Y esos ojitos pardos tan preciosos estaban cerrados, dando el aviso que jamás los volvería a ver.

Jessica acariciaba su rostro una y otra vez, como si quisiera despertarla. La acercó más a su pecho con egoísmo, cubriendo su rostro de los demás. Zept sostenía su mano, y por primera vez en mucho tiempo, demostrando una emoción.

Atlas, que no había hablado desde hace horas, fue hacia Carlos. Lo tomó de la camisa y lo estrelló contra un árbol.

—¿Hacia dónde se fue esa maldita perra? — preguntó entre dientes, los instintos le ganaron y encendió la mirada de un hibrido, negra y vacía.

Carlos vaciló, desorientado.

—Belanger—Vociferó Jessica, demostrando su poder.

Atlas volteó hacia ella, sin soltar al muchacho.

— Me sabe a mierda que las cosas no se hagan así en tu alianza, pero hare que pague lo que le hizo a Diana, extremidad por extremidad— espetó.

—¡Quien le arrancara el corazón a esa traidora, seré yo! — Demandó.

Atlas asiente.

—Yo te acompañaré.

Jessica dejó el cuerpo de Diana en las manos de su hijo. Vino hacia mí, volví mi compostura seria.

— No la lleves al castillo, hay demasiadas personas, no quiero que la vea nadie más— Sus ojos brillaron mostrando a Liayh, luchando con la furia— La cabaña de Magnus Favre ha estado vacía desde hace 100 años y está lejos del castillo, llévala ahí.

Mire de reojo a Diana.

—Como ordené, Alfa— Respondí.

Cuando ambos desaparecieron caí de rodillas junto a su cuerpo. Zept lo acercó a mí con delicadeza, sin decir una sola palabra parecía conocer toda nuestra historia. Estaba tan fría que tuve el impulso de quitarme el saco y cubrirla con él.

Black Onyx [1]Kde žijí příběhy. Začni objevovat