CAPÍTULO 21

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Dato: Jessica borró lo que pasó en el limite de la memoria de Diana, a petición de ella. Y solo recuerda huir de las sombras en el bosque y Vicente herido por una daga.

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LA FAMILIA

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DIANA AYLEEN

(Dos semanas despues...)

—Despacio —Ordené y gruñe a regañadientes—Mas lento, o dolerá.

Apreté su pecho con mis pequeñas manos.

—Puedo solo, gracias, pecas—espeta Vicente, mientras bajamos los últimos escalones a duras penas y veo como trata de ocultar una mueca de dolor.

Evité el contacto con su cintura y el parche que cubría la herida, para no

—Te está ayudando, más te vale ser amable o te dolerá enserio—Amenaza Jessica que no despegó la vista de unos papeles en su escritorio.

El beta rueda los ojos, y me dejó ayudarlo de mala gana. Lo llevé a los sofás cerca de la biblioteca del estudio, él se desplomó sin cuidado sobre uno de ellos. Me crucé de brazos, y lo miré feo, así nunca iba a mejorarse.

Él sonríe con falsa inocencia.

—¿Yo que hice? —Niego la cabeza, sin ganas de discutir otra vez con él. Ya van dos veces en la mañana que no me hace caso —¿Ya descubrieron de lo que está hecha esa daga? Y ¿por qué todavía no pude sanar bien esta mierda?

Mire a Jessica, esperando la respuesta con curiosidad. La rubia alza la mirada, ojeó a su amigo y luego a mí, esboce mi mejor sonrisa para evitar su rechazo, casi hago un puchero para acabar con su rotundo silencio, pero ella frunció la suya sin ceder. Suspiré desilusionada.

Que ingenua fui al creer que me darían respuesta.

—Ya entendí—Caminé hacia ella, le doy un corto beso en sus labios que ella corresponde con tomar mi cintura y hacer más duradero nuestro beso, para luego dramatizar contra su boca —¡Se cuando no me quieren! —Jessica sonrió divertida. Me volteé, para salir del lugar con la frente en alto.

Vicente alzó una ceja.

—¿En serio?

Le saqué el dedo del medio y él me saca la lengua. Subí los cinco escalones que debía para salir del estudio, cerré la puerta con brusquedad, que se notara mi enojo.

Pero la intriga me ganó, acerque mi oreja para poder escuchar su conversación, como la mujer chismosa que soy. Lo admito. Abrí una paleta de fresas que me había ganado en la partida de Mario Cars contra Zept y Nik, y la llevé a mi boca, saboreándola discretamente. Escuche la voz de Jessica fuerte y clara, sin una pizca de vergüenza.

—Como te digo, Vicente, anoche me escabullí de la cama y fui con una señorita al invernadero.

Mi sangre hirvió de envidia y celos, sin poder soportarlo, abrí la puerta bruscamente para preguntarle de quien se trataba. En serio que me nuble como nunca, podía romper hasta la paleta entre mis dientes.

—Ajá, asi te queria oir.

Jessica me miraba con esa media sonrisa que lo decía todo y se recostó en su silla esperando a que yo mediera cuenta, Vicente también se burlaba de mi con la mirada, entendí que fue una trampa. Además, recordé que yo fui la señorita en el invernadero, anoche.

Black Onyx [1]Where stories live. Discover now