Capítulo 4.

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Todos los hombres sabemos sobre los cambios drásticos de humor de las mujeres que por ley debemos saber reconocer pero es complicado y si le sumamos los gritos, estas perdido

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Todos los hombres sabemos sobre los cambios drásticos de humor de las mujeres que por ley debemos saber reconocer pero es complicado y si le sumamos los gritos, estas perdido.

Yo me sigo preguntando ¿por qué estoy aquí?, frente a ella, recibiendo sus insultos y gritos, sólo obedecí a una orden de mi nana María y le pregunté si se sentía bien. Ya que según nana, hace como una semana la a visto muy distinta, más delgada, pálida, dice que no come y tiene razón, lo e notado en la universidad.

Pero lo que sí me llevo a la preocupación máxima fue al verla sangrar y me puedo decir pero por un segundo creí que se trataba de su periodo pero no creo que sea un sangrado en exceso como esta teniendo Celeste.

Y compre que todo estaba mal cuando sus ojos transmitieron miedo y estos empezaron a perder fuerzas para después empezar a cerrarse. Corrí y tomé su bata de baño y la envolví. La tome entre mis brazos y baje corriendo las gradas, a como pude salí ignorando los gritos de nana.

-Luego te llamo – fue lo único que alcancé a decirle.

En la parte trasera de mi camioneta la acuesto y corriendo me arranco a toda velocidad hacia el hospital. No sé si me salté Altos, o semáforos pero solo tengo en mente llegar al hospital AHORA.

Después de los 20 minutos más largos de mi vida, llegué a mi destino, tomé a Celeste de nuevo y corriendo hacia las puertas de emergencia y empecé a gritar.

- Por favor ayuda...ayúdenme – grité para que me pusieran atención y de inmediato un doctor junto con tres enfermeras y una camilla me indicaron que la pusiera con cuidado, empezaron a revisarla y al mismo tiempo llevándosela hacia unas puertas, solo los seguí hasta que una enfermera se puso al frente mío impidiendo mi paso.

- Lo siento joven, pero no puede entrar – dijo la enfermera mientras me empujaba asía atrás.

- No debo entrar, ustedes no saben cómo se pone si se despierta y sabe que está aquí. – en mi mente solo pasaba su llanto, sus ataques de ansiedad, ella no podía estar sola.

- Tranquilo, cuidaremos y salvaremos a su novia no se preocupe – fue lo último que escuche por parte de ella.

Tome asiento en las sillas incómodas de la sala de espera. Los recuerdos de hace unos 5 años bienen como en cámara lenta, los meses en donde dormía a su lado sin soltar su mano, el funeral de Caled, sin ella. El verla todos los días con todos esos cables en su pequeño cuerpo, siguen atormentándome y no sólo a mi, si no que a sus padres y los míos.

Dios, ya sueno como marica, pero me es inevitable no pensar en eso.

Después de unos minutos, donde tenia mi rostro entre mis manos, comencé a escuchar una voz a lo lejos que decía mi nombre una y otra vez, luego al frente aparece una Emile con un rostro muy preocupada, me estaba hablando pero no podía entender nada, solo las palabras de la enfermera me seguían atormentando......pero duraron poco ya que sentí un fuerte dolor en mi mejilla derecha.

- Tierra llamando a Mateo – ella agitaba sus manos de un lado a otro.

Ya estaba a punto de responderle, pero cuando intentaba mover mi mandíbula, aun dolor fuerte aparecía, si que dio un fuerte golpe pero a los segundos se fue quitando poco a poco.

-Pero que te pasa mujer – la miro enojado y ella solo me mira con si tuviera un mono pegado o no se.

- Como que, que me pasa, a mi nada y ¿tu como estas? - respondió irónica.

- ¿Qué haces aquí? - pregunte nervioso.

- Le estaba trayendo algo a mi madre y te encontré aquí viendo a la puerta - dijo señalando asía la puerta en la que hace un par de minutos se llevaron a Celeste - ¿Qué está pasando? - justamente dijo la pregunta que no quería escuchar salir de su boca.

- ¿¡Que!?pssss nada - mire a otra dirección - nada, no, todo está bien – bien, estoy muy nervioso pero es porque está chica me conoce que sabe cuando miento.

Puede que pasen años pero esta mujer parece robot que recuerda todo por eso estoy nervioso.

- No puedes mentirme Matt – hace años que no la escuchaba decirme así, solo me dicen así mis amigos más cercanos - puedes mentirles a tus padres, a tus amigos, pero a mí no bebe así que dígame ¿Por qué estás aquí? – si las miradas matarán, créanme, ya estaría 5 metros bajo tierra.

- Bueno - lleve mi mano a mi nuca aún más nervioso viendo esos ojos de loca – anoche estuve en un bar ya sabes para despejarme un poco y lleve a una chica muy sexi y....

- Mateo no necesito saber qué fue lo que hiciste anoche – dijo mientras hacia una cara de asco.

-Bueno –-Si lo admito, estoy apunto de cagarme en los pantalones pero esta mujer da miedo – nana me fue a despertar ya que los padres de Celeste la estuvieron llamando y no respondió a ninguna, haci que llamaron a nana y ella me dijo que fuera a ver porque ella no respondió, toque la puerta y no estaba en su cama, haci que fue al baño y estaba vomitando. Discutimos y de un momento a otro cayo al suelo y empezó a sangrar, lo era normal hasta que se desmayó, la tomé en brazos y la traje de inmediato aquí y estoy esperando que me digan algo pero nada.

- ¡OH, Dios! - se cubrió la boca con sus manos - ¿Cómo está? ¿Los doctores te han dicho algo? - comenzó a preguntar y a preguntar.

-Te acaba de decir que no se nada.

-Lo siento – ella toma asiento a mi lado – Yo tenía razón – dijo mientras imitaba mi acción.

- ¿Razón de qué? - pregunte confundido.

- Hace como ya una semana ha venido así, no come nada, se la pasa vomitando y con mareos así que le recomendé que viniera para que sacara una cita porque es muy extraño. Incluso su periodo se retrasó por lo mismo.

- ¿Por que no vio antes? - le pregunté confundido y más por lo último - ¿y como sabes que ella no tuvo, tú sabes, su, su periodo?

- Me dijo que después de los exámenes finales y porque a ambas nos viene casi las mismas fechas, sólo que yo antes y lo note más cuando entre a su baño y note que no había utilizado a las toallas, estaba los dos paquetes enteros, así que le pregunte y - aquí trato de imitar la vos de Cele - "es solo el estrés de los exámenes...tranquila"

- Siempre ha sido una testaruda - recordé los millones de momentos que tuvimos tanto ambos que los tres, donde ella demostraba ser una gran testaruda - ¿Por qué sonríes? - dirigí mí mirada a Emily de nuevo.

- No la pregunta es ¿Por qué TÚ sonríes? Estabas hablando de Cele y de un momento a otro estabas sonriendo como todo un ena - pero se interrumpió a sí misma.

- ¿Cómo todo un qué? - quiero escuchar ese final.

- No olvídalo tenemos que pensar en cómo estará mi amiga en estos momentos – dijo la chica a mi lado mientras sacaba de su bolso su celular.

Embarazada de él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora