Capítulo 26...

2.7K 150 15
                                    

Muchas veces sólo deseamos que la vida continúe o que acabe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Muchas veces sólo deseamos que la vida continúe o que acabe. Sentimos que la vida muchas veces llega a ser tan injusta que deseamos desaparecer, sólo dejar de respirar.

Olvidar y regresar al pasado y mejorar o arreglarlos errores que cometimos.

En la cima de este viejo edificio, la vista iluminada por todas las luces de la ciudad, me recuerdan las diferentes historias que Celeste y yo contábamos sólo para pasar el tiempo.

Mirar sus ojos y perderme en ellos mientras me cuenta sus aventuras del fin de semana mientras que por mi parte estaba enfermo.

- Y cuando traté de agarrar la rama resbale y caí en el hielo - no pude evitar reír a carcajadas, como desearía a ver ido con ella.

-Seguro fue divertido - No dejo de mirarla, su linda sonrisa y sus hermosos ojos verdes esmeraldas. A nuestros 12 años todavía seguíamos asiendo pijamadas, lo único que dejamos de hacer era bañarnos juntos, según mi madre, nuestros cuerpos ya empiezan a cambiar y no se que más.

- Lo fue - dejo de mirar las luces para mirarme - ¿pero sabes lo único que no me gustó? - negué esperando su respuesta - que mi mejor amigo no estuviera con a mi lado. - su sonrisa fue triste y la entiendo. Siempre me enfermo, por cualquier cosa, mi madre dice que tengo las defensas bajas y por esa razón estoy con un abrigo, bufanda, guantes y gorro. Aparte de ser invierno todo el tiempo tenía que ser así.

-A mi también me hubiera encantado - tome su mando también cubierta por un guante. De pronto vimos como unas luces de un auto se acercan, debe ser Caled el hermano de Celeste a recogernos - ya es hora de irnos - me puse de pie y vi por últimas ves la vista desde esta azotea del viejo edificio. A mis padre y los suyos no les gusta que vengamos pero este es nuestro lugar, el lugar perfecto para estar a su lado.

-Niños es hora de irnos - la voz masculina de Caled nos avisa que debemos de caminar enseguida. Dejo que Cele baje primero por las gradas mientras yo le sigo. Al llegar abajo tomo su mano entrelazo mis dedos a los suyos.

- ¡Eh! Daniel cuantas veces hemos hablado de nada de tomar su mano – de vez en cuando, Caled es muy celoso, no deja que tome su mano o este cerca de ella. Pero que podemos hacer si ella es realmente hermosa y algunos días nos juntamos para espantar a los niños que se acercan.

- No molestes Cal - dijo Cele mientras abre la puerta del nuevo auto del chico.

-¿Qué? Sabes que soy muy celoso y más si se trata de mi princesita - al estar adentro noto que hay algo debajo del asiento del copiloto.

-Caled ¿que es esto? - me mira confundido el chico de 17 años, dirige la mirada en dirección donde apuntó mi miedo. Abre sus ojos y se pone pálido. Toma rápidamente la cosa roja y la guarda en el bolsillo de su pantalón.

-Querido Matt, cuanto tengas mi edad lograrás entender que es - me mira con mucha diversión.

-Y ¿Porque yo no? - le pregunta Cele.

Embarazada de él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora