Embarazada de él.

Capítulo 6.

Leo esa publicación una, otra, otra y otra vez hasta que me siento asqueada. Si mis padres ven esto se volverán locos y no tardarán en llamar, les tendré que dar la noticia y no estoy preparada todavía para decirles que ¡serán abuelos!

-Puedes decirlo un poco menos, no se, que suene que ya estoy muerto. – miro el marica que será el padre de mis hijos.

- ¿Que aremos Matt si lo leen? Dios estaré muerta. No quiero decirles todavía – suspire y lo mire. Sus ojos reflejaron desilusión – no es que no quiera aceptar a los bebés ¡NO! – baje la mirada – si no que tengo miedo Mateo. – lo mire de nuevo.

- ¿Miedo a que Cele? – pregunto acercándose a mí.

-Miedo a que no me acepten. A que no les importe. Que pienses que soy una cualquiera o peor una aprovechada – las lágrimas no tardaron en salir – miedo que mi padre este decepcionado de mí y no me quiera hablar y me echen de casa. Tú sabes Matt cuán importante son mis padres en mi vida…después de que murió Caled mi vida no sé...y siento que estos bebés me traerán felicidad...pero quiero que mis padres estén conmigo. – el me mira con una seguridad que me transmite paz.

-Cele – envuelve mi rostro entre sus manos – no va a pasar nada de eso ¿ok? Sabes que tus padres te aman y si puede que al principio estén decepcionados al igual que los míos, pero, no se alejarán de tu vida y ni la de los bebés, vas a ver que todo estará bien…confía en mi ¿sí?

Asiento tratando de demostrarle que confío en él. No había notado su cercanía hasta que siento su respiración mezclarse con la mía. Empezó a acercarse, su mirada bajo de mis ojos a mis labios, imité su acción hasta que siento el rose de sus labios sobre los míos. Pero no hubo presión si no que dirigió sus labios a la comisura de mis labios.

¡¡NO ME BESO!! Y lo más me avergüenza es que ¡¡YO SERÉ LOS OJOS!! no sé porque lo hice.

-No quiero aprovechar esta situación para besarte Cele – abrí lentamente los ojos encontrándome con los suyos – quiero besarte en un momento especial. – se puso de pie y empezó a caminar hacia las gradas, seguro a su habitación.

Un poco desconcentrada me puse de pie y caminé hacia la cocina ya que se me antojó un chocolate.

Estoy en medio de un dilema. No sé si llamar a mis amigas para decirles sobre los bebes o mejor espero y les cuento en otro momento.

Mejor las llamo. Si porque conozco muy bien a las mellizas y sé que se volverán locas. Además le tengo que decir a Emi ya que me encontró en el hospital.

Un timbre…dos timbres......tres y responde Emile.

-¿Si? – hay Dios creo que me arrepentí – ¿Hola? Cele ¿Que sucede?

- Hola Emily. Puedes venir y de paso llamar a las chicas.

- Ok. Pero cele. ¿estás bien? ¿Qué te dijo el doctor?

- De esos quiero hablar. No se alarmen todo está bien.

- Ok. Voy a fingir creerte y también quiero hablar con tigo sobre las fotos que publicaron de ustedes mientras salían.

-Luego ¿sí?

- Esta bien. Nos vemos mi cielo. En treinta estamos.

Y colgué.

Tengo que decirle a Mateo que llame a los chicos.

Me levanté de la cómoda y deliciosa cama. Pero lo que no note fue que mientras hablaba, estaba acariciando mi todavía plano vientre.

Me arreglo la blusa y me dirijo a la puerta de en frente.

-Mateo – no responde y tocó la puerta con los nudillos más fuerte – Mateo... ¡MATEO! – al no tener respuesta decido entrar.

Abro la puerta y me encontré a Mateo en su cama, boca abajo. Esta dormido. Así que me acerqué, me senté en el borde de la cama y comencé a moverlo.

-Mateo – lo moví y nada – Matt despierta.

Escucho como murmura cosas y lenta mente abre sus ojos chocolate.

- ¿Que sucede cele? ¿estás bien? ¿los bebes están bien? – no sé porque, pero me gusto como se preocupó por sus hijos. Porque solo de ellos se tiene que preocupar ¿no?

- Sí, es sólo que estuve pensando y no es mejor que llames a tus amigos para decirles la noticia. No quiero se enteren de otra forma y se molesten con tigo. – ¡Oh! ¿Yo dije eso?

-Te estas preocupando por mí. – dijo con su tono burlón.

- No, es sólo que luego no quiero que llegues a mi llorando como magdalena porque tus amigos te dejaron sólo – comente divertida.

-Primero; mis amigos ni me dejaran sólo porque ellos si son mis mejores amigos y segundo; yo nunca lloro – lo mire con una deja arqueada – solo a excepción de mis hijos. Pero yo nunca iría donde ti llorando por eso – dice mientras toma ha ciento bien en la cama.

Me dirigió una mirada y luego la mano a mi vientre.

-Puedo – dijo pidiendo permiso, así que sentí y de inmediato colocó de una forma en la cama haciendo que su rostro quedará a nivel de mi vientre – hola bebes. Soy su papá, de una vez les digo que los voy a consentir mucho, mucho, mucho, les compraré todo lo que me pidan – por reflejos llevé mi mano hasta su cabellera castaña y empecé a acariciarlo – y si son niñas. Tendré que construir una torre muy alta y encerarlas como a una princesa para que ningún tipo se les acerqué…. – lo interrumpí golpeándolo.

-Oye. No tan exagerado. – volví con el juego que tenía con su cabello.

- ¡CLARO que sí! No quiero que ningún adolecente-con-hormonas-alborotadas, se les acerqué. Por eso tengo pensado que si son niñas – levanto un poco el rostro para mirarme – también tengo pensado que tendremos que darles un hermanito rápido para que él se encarga de protegerlas – dijo con una sonrisa más grande que del gato de Alicia en el país de las maravillas.

Espera ¿¡QUE!? más hijos. Pero este hombre que –  ¡ESTAS LOCO! PUES CLARO COMO NO ES ÉL A QUIEN LE TIENE QUE AGUANTAR UNA ENORME BARRIGA Y PUJAR DESPUES DE 9 MENES. ES MUY SENCILLO.

-Ya calma sólo era una broma. Además, dije si son niñas, pero si son niños yo es enseñaré… - lo interrumpí de nuevo.

- NO quiero que mis hijos sean mujeriegos. A la única mujer que amaran en su vida será MI persona y nadie más.

-Clama mamá celosa – ¡CELOSA YO! Ja este hombre no sabe con quienes está metiendo –  decía que les enseñará jugar fútbol nada más. Y eso dolió – dijo con un tono cariñoso.

-Eso sí y volviendo al tema de un principio. Llama a tus amigos ya que Emi ya viene de camino. – de inmediato me separo de él pero este con un ágil movimiento, se sentó en la orilla de la cama y me tomo por la cintura, ocasionando que me sentará en su regazo.

- ¿Qué haces? – confundida miro sus ojos que en estos momentos no puedo identificar qué es lo que expresan.

-Desde antes he querido a ser esto, he querido hacerlo en un momento especial pero ya no aguanto - elevó su mano asta mi mejilla, mientras que la otra la posicionó entre mi cintura y mi vientre y lo acariciaba. Acerco su rostro. No sé porque yo también empecé a acercarme lentamente y por inercia siento los ojos y sólo espero a que llegue el momento - dije que quiero besarte en un momento especial pero ya no aguanto más. - y por último sentí sus labios sobre los míos.

El beso era lento, transmitiendo cariño, seguridad y ¿amor? Eso ultimo no lo sé, pero me encanta. Creo que este embarazo me traerá algunos problemitas con Mateo.

Nos separamos por falta de oxígeno. Junté nuestras frentes y estoy decidida a esta ves yo dar el paso y besarlo, pero el sonido del timbre nos sacó de la burbuja que nos rodeaba.

-Creo que tengo que bajar. Ya las chicas llegaron. – me puse de pie y empecé a caminar hacia la puerta.

- Si ya llamo a los chicos. Todavía no les cuentes - dijo un poco desconcentrado.

- Ok...ammm...Te espero abajo.

-Está bien – sierro la puerta detrás mío. Rápida mente lleve mis dedos a mis labios. Todavía puedo sentir sus labios sobre los míos.

Espero que les guste mucho el capítulo.

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