New Rules (Johnny)

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1. No le contestes

Era la quinta vez que sonaba el celular con ese particular ring tone que una de sus amigas le había puesto para los números desconocidos, particularmente para que no cayera en la trampa de ese hombre experto en el arte del engaño. No entendía cómo podía alguien ser tan insistente y antipático a la vez, un día quería saber todo de ella y al otro le aplicaba la famosa ley del hielo que tanto dolía en su corazón.

Había cambiado su número de celular tres veces, pero siempre encontraba la forma de llamarla o contactarla por algún medio, lo tenía bloqueado de las redes, de su correo electrónico, del celular o bueno, en la medida de lo posible pues siempre la llamaba de un número diferente. Estaba cansada de esa rutina tan molesta ¿acaso él no se cansaba?, ¿no tenía nada más qué hacer con su vida? ¡Ya basta! es desgastante esa forma de vivir, tratando de ocultarse de aquel a quien amo con locura, pero que ahora no lo soporta. 

Las cosas con su ex novio nunca habían sido sencillas o al menos ahora se daba cuenta de eso, sus problemas de celos eran simplemente insoportables llegando al punto donde tenía que evitar hablarles a sus amigos pues odiaba las discusiones interminables con él. No podía decir que todo había sido malo, claro, por una razón se había quedado con él durante tantos años, uno de los puntos a favor era lo cariñoso que era cuando todo era color de rosa, siempre le daba detalles, la mimaba, le decía palabras bonitas y le demostraba con acciones lo mucho que la amaba; sin embargo ya no podía sentir esos mismo sentimientos después de la horrible ruptura que la llevó a destruirse y volver a construir. 

Había pasado medio año desde que la relación de cinco años había llegado a su fin, las cosas simplemente se habían desmoronado, la bola de nieve se hizo tan grande que la avalancha era inevitable, ni millones de terapias hubieran podido rescatar lo que ya ni existía. Durante meses se repitió que era lo mejor para ambos, escribió millones de cartas de despedida que nunca envió, repasó en su mente todos los sucesos tratando de encontrar la razón de su dolor en todos ellos y hasta escribió en el espejo que él ya no la amaba; no supo como, pero un día se levantó con la certeza de que no lo necesitaba y fue como si él lo oliera pues la primera llamada llego esa misma noche. 

El asedio de su ex novio había iniciado hace dos meses,  al principio lo había soportado bastante bien contestándole con amabilidad con la intención de saber que todo estuviera bien en la vida de aquel que significó mucho en su momento, sin embargo, con lo único que se topaba era con un hombre pasado de alcohol que le repetía una y otra vez que la extrañaba que debían regresar, que el iba a cambiar y todo sería mejor. Trató de no contestarle de manera grosera, considerando que siempre llamaba en la madrugada, a veces le decía que debía superarla, que lo que pasó era lo mejor para ambos, sin embargo las ultimas veces le había contestado con ira pues no era bonito ser levantaba en medio del sueño reparador. 

Las cosas empezaban a salirse de control entre ambos, siendo groseros entre sí, diciendo todo aquello que los había molestado del otro durante años y hasta quejándose por lo que habían considerado bonito, la situación era simplemente incontrolable a ese punto, los dos parecían jugar a destruirse una competencia por ver quién podía hacer más daño y el corazón de ella ya no lo soportaba más. "Por favor si me amas tanto déjame ir" le suplicó la última vez que le contestó una llamada entendiendo al fin que Johnny no la iba a dejar de molestar por más daño que ella le hiciera, por más que se lo suplicara; él estaba aferrado y nada lo haría renunciar, así que dependía ahora de su voluntad el no ceder ante sus engaños. 

Sin embargo era bastante difícil mantener la voluntad cuando el aparato del demonio seguía repicando cada diez minutos, lo puso en silencio, lo apagó, lo escondió, pero tristemente no podía vivir debajo de una piedra pues tenía trabajo que cumplir en su compañía, cómo odiaba no poder dejar todo e irse a vivir a una montaña donde las llamadas del idiota no llegaran. El reloj marcaba las diez de la noche y el infierno apenas se había desatado, su voluntad se resquebrajaba de a poco y el teléfono seguía sonando como si fuera la única constante en su vida, la única seguridad en medio de la tormenta y simplemente lo odiaba cada segundo más. 

NCT  [One shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora