Tareas (Haechan)

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Sentía que el cerebro me presionaba por todas partes, como pequeñas agujas que chuzan sin medir consecuencias, sabía que necesitaba un descanso pero no podía darme ese lujo precisamente una semana antes de los exámenes finales de semestre. Tenía seis material en las cuales debía presentar una prueba teórica de quién sabe cuántas preguntas y sinceramente mi memoria ya empezaba a confundir los temas ¿Qué carajos es lo que estoy estudiando? Lancé un fuerte suspiró acompañado de un movimiento de cabeza hacia atrás, apoyaba mi cuello en el final de la silla de escritorio en la que estaba desparramado, mi mirada estaba concentrada en el liso techo color aguamarina en el que podía ver algunas pequeñas manchas producto del transcurso de los años y las remodelaciones constantes a los afiches de mi cuarto. 

¿Qué hora era?, creo que hace ocho horas que no salgo de mi cuarto, solo lo había hecho para buscar provisiones de comida y café con el fin de no tener que moverme de mi lugar de estudio a menos de que fuera estrictamente necesario. Mire de reojo la ventana que daba a un pequeño patio de juegos vacío, normalmente habrían niños corriendo de aquí para allá pero el sol ya se estaba ocultando pintando el cielo de un reluciente naranja que parecía consumir todo a su paso. La vista era bonita, la ciudad cubierta por ese hermoso cielo me traía la tranquilidad que en ese momento carecía pensé que podría quedarme así durante horas solo contemplando el atardecer, pero la belleza no dura para siempre y en cuestión de tiempo la ciudad se inundó del negro de la noche. 

Aparté la vista de la ventana recobrando la cabeza a la posición inicial, si no fuera por la pequeña lampara de mesa que estaba encendida desde hace unas horas la habitación estaría sumida en la parcial oscuridad que solo las luces artificiales de afuera logra iluminar. ¿Debería cenar con mis padres?, les había dicho que por favor no me molestaran por hoy pues realmente necesitaba estudiar, pero ahora sentía que había sido egoísta de mi parte privarlos de la oportunidad de compartir conmigo en el día de mi cumpleaños. Sí, la universidad ni siquiera me había permitido celebrar mis esperados veinte años, una edad donde se supone debería aprovecharla para emborracharme hasta perder la consciencia, hacer el ridículo y luego no recordar la gran cosa.

Debo admitir que era frustrante no poder aprovechar mis años jóvenes, pero sabía que sería mucho peor no entregar mi cien por cierto a los exámenes y luego reprobar ganándome un castigo infinito que solo impediría poder salir en vacaciones. Era triste no poder hacer nada este día, pero al menos mis amigos me habían prometido una fiesta en la piscina cuando el semestre termine esa era mi motivación para seguir encerrado en esas cuatro paredes muriendo del agotamiento. 

Suspiré pesadamente para retomar mi estudio luego de haber descansado por mucho tiempo solo contemplando el momento, sin embargo, un toqueteo leve en la puerta detuvo mi impulso para que fuera a atender. Al abrir me encontré con una silueta familiar, era pequeña de estatura pero lo compensaba con varios kilos que podrían considerarse como de más pero en ella se veían como una obra de arte. 

- Hola, Haechanie  - los gestos de su delineado rostro se amontonaron en una perfecta sonrisa de oreja a oreja que hacía ver sus cachetes más abultados de lo habitual. 

- Noona, ¿qué haces acá? - aunque mi vecina podría perfectamente pasar como una niña de secundaria debido a sus aniñados rasgos, era cinco años mayor que yo. Ya se había graduado de la universidad y se encontraba trabajando en una pequeña compañía de perfumes. 

- Tus padres me invitaron a cenar pues no querían que se desperdiciara la comida - echó un rápido vistaso dentro de mi habitación para luego arrugar la nariz pareciendo un pequeño conejito que olfateaba - No puedo creer que desperdicies tu día en este desorden, mereces divertirte aunque sea un poco. 

- Lo siento, noona, tengo muchos exámenes - hice un puchero para tratar de conseguir una pequeña caricia de las que solía darme cuando me veía angustiado pues para ella era un niño pequeño al que debía proteger. 

NCT  [One shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora