Capítulo 15: La prueba

3.8K 281 70
                                    

-Ahhh... No puedo más... -digo cansado y con un terrible sabor de boca tras haber imgerido una gran cantidad de comida quemada, negra como el carbón.

-¿Es-estás bien? Te dije que no hacía falta que te lo comieras -se veía preocupada, con su comida aún sin tocar.

-Que no, que no. Es solo que tu comida me ha llenado. Aún estando quemada, estaba para chuparse los dedos, je, je... -por dentro sentía ganas intensas de beber agua hasta reventar para deshacerme del mal sabor de boca.

-Va-vale, muchas gracias por pensar eso -sonreía nerviosamente.

Tras tal gran hazaña, la ayudé a recoger y limpiar los platos antes de despedirme de ella por aquella noche.

Entonces, cuando finalmente estaba frente a su puerta, listo para marcharme, nos quedamos mirando atentamente el uno al otro, con una gran sonrisa y con sonrojo.

-Muchas gracias por pasar la tarde conmigo. Me lo he pasado muy bien -me dijo ella.

-Por mi querida profesora, lo que sea, je, je.

-Je, je~ No me hagas sentirme una vieja en frente de ti.

-Ya te lo he dicho, eres muy sexy para verte como una vieja como tú dices. Ya querrían muchas de mi edad ser como tú.

-Ay, venga, no sigas. Que suenas casi como un pervertido, je, je.

-Oh, no te equivocas. Perdón... -me sonrojo avergonzado.

-¿En serio te avergüenzas ahora por eso? Qué joven tan peculiar eres.

Entonces, ella se acercó a mi rostro para darme un beso de buenas noches en mi rostro, devolviéndoselo seguidamente a ella.

-Buenas noches, profesora.

-Buenas noches, jovencito. No olvides estudiar para el examen de mañana.

-Ah, claro, se me había olvidado por completo que era mañana mismo, je, je... Bueno, será mejor que vuelva cuanto antes a mi casa para repasarlo todo.

-Je, je~

Normalmente no sabría por donde empezar para estudiar para dicho examen, pero con las clases que he tenido con ella, no tengo mucho de qué preocuparme.

Cuando por fin llegué a mi casa, bebí tanto como para acabar con un lago entero, y me tomé una rápida y caliente ducha. Entonces ya estaba listo para ponerme a repasar para el examen del día siguiente.

No había más, era yo frente a frente contra la libreta, realizando una y otra vez problemas de matemáticas hasta quedarme dormido sin darme cuenta.

Había pasado ya una hora, y cada vez me costaba más mantener los ojos abiertos, empezando a pensar que quizá debía acostarme ya.

Pero de repente, como si hubiera sido con un cubo de agua fría, el tono de llamada de mi móvil me volvió a despertar, comprobando que se trataba de mi profesora.

-¿Qué ocurre? -pregunté muy intrigado.

-¿Podrías venir rápido a mi casa, por favor?

-¿Por qué? ¿Ha pasado algo?

-Necesito que vengas, cuanto antes. Te espero a la puerta -y me colgó, dejándome muy preocupado.

Ante tal situación, me preparé para salir muy rápido, sin mirar atrás, y corrí a través de las oscuras calles de la ciudad hasta su casa, temiendo que algo malo hubiera sucedido.

Cuando finalmente llego, me encuentro su puerta un poco abierta, dándome a pensar que un ladrón había entrado. Cuando entro, todo está oscuro, sin ninguna luz encendida.

-¡Aquí! ¡Estoy aquí! ¡En mi habitación! -la oigo gritar, supuestamente a mí.

Sin dudarlo más, me acerco rápidamente a su habitación. Y para cuando llego, no podía estar más sorprendido.

La luz de su habitación se enciende sola, y lo primero que veo es a ella sobre la cama en ropa interior muy provocativa, posando eroticamente para mí, mientras yo me quedo sin habla y parado en el sitio, sin saber cómo reaccionar exactamente a eso.

-Pero profe... ¡¿Qué demonios ha pasado?!

Viendo mi expresión, dejó de posar y se levantó-. Perdón, perdón, puedo explicarlo.

-¿Era todo una broma para que viniera corriendo?

-Bueno... Esto... Quizás... Solo quería ponerte a prueba, no pretendía molestarte.

-Una... ¿Prueba? ¿Para qué?

-Quería comprobar cuánto tanto me amabas de verdad. Conque pensé en llamarte para hacerte pensar que me había ocurrido algo, y así comprobar cuan preocupado puedes llegar a estar por mí.

Suspiro exhausto, aliviado porque no fuera nada al final-. Buff... Profe... No vuelva a hacer eso jamás. Si le pasara algo de verdad, no lo soportaría.

-Oh... ¿De veras? -estaba perpleja y feliz.

-Pues claro, no era necesaria esta prueba. Aunque es entendible que tengas tus dudas por lo que has podido pasar antes.

-Entonces... ¿No estás enfadado?

-Nah, no te preocupes. No me puedo enfadar contigo, lo siento.

-Yo debería ser quien lo sienta, tonto~

Con unas pequeñas lágrimas de felicidad brotando de sus ojos, me abraza fuertemente, envolviéndome en aquel cálido pelaje suyo.

-Te quiero, jovencito~

-Y yo a ti~ Pero una cosa antes... -deshazgo su abrazo, sonrojado al observarla de arriba a abajo-. ¿A qué venía eso de la cama?

-Ah, sobre eso... Ya que la cena no me salió como quería, pensé en disculparme por ello...

-¿Teniendo...? ¿Contigo?

-Así es...~ ¿Qué te parece?~

-Yo... Yo... -no había opción, debía hacerlo cuanto antes de todas formas, aunque esta vez sentía que iba a ser diferente que con Reny. No iba a ser un rápido sin pasión. Ibamos a hacer el "amor".

Fox Kingdom HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora