Capítulo 2: Conociéndose a fondo

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—¿Cómo que sexo? ¿Será una broma? —se sonrojó la zorra amarilla.

—No, no lo es. ¿Acaso no conoces el conjuro del pacto de compromiso?

—Ahora que lo dices, pues sí... Un conjuro en el que a través de una sesión de sexo, la persona que haya jurado lealtad al otro, estará obligada a seguir al que lanzó el conjuro todo el tiempo que este quiera.

—En efecto, zorrita. Es por eso que debemos hacerlo.

—Ni de coña voy a hacer eso, pervertido.

—Bueno... Entonces irás al calabozo, me parece a mí —diría con una sonrisa traviesa, provocándola—. ¿A quién habías robado..? Es verdad, a un noble muy importante. A saber lo que harían contigo si te atraparan...

—Grr... Está bien, maldita sea. Al fin y al cabo solo será un pequeño polvo.

—Buena elección, zorrita, je, je.

—Lo que tú digas. Podemos usar mi cueva.

—Me parece bien.

De un momento a otro, ambos se encontraban dentro de la cueva, frente a un gran roca que serviría como buen apoyo para ella. Entonces, esta se empezaría a desvestir lentamente, mostrando primero sus modestos pero bien grandes pechos cubiertos de un esponjoso pelaje blanco, para después bajar sus bragas de color negro para verse sus, también, labios vaginales.

—Bi-bien, yo ya estoy lista...

—Yo también... —diría al bajarse los pantalones y boxers, y mostrar un recto miembro de 30 cm de largo, intimidando a la chica.

—Va-vaya, tienes buen tamaño...

—Lo mismo digo de tus pechos, je, je...

—Eh... Claro, lo que tú digas... ¿Empezamos ya?

—Por supuesto. El conjuro ya está hecho, conque solo falta que lo hagamos.

Entonces, el chico se acercaría a ella mientras esta se quedaba paralizada por los nervios y la timidez, colocándose este a sus espaldas para agarrarle los pechos por detrás y empezar a pasar su boca por su cuello mientras la olía.

—Mmm... Hueles a fémina en celo...

—Ca- cállate y haz lo que tengas que hacer conmigo...

Este le haría caso, y colaría su miembro entre sus piernas para empezar a frotarlo contra sus labios vaginales lentamente, sintiendo la humedad de su vagina mojada sobre él.

—¡Mmmh...! —gimió ella.

—Je, je... Si ya estás mojadísima, zorrita...

—Todo por tu culpa... Ahora tendrás que encargarte de ello...

—A tus ordenes...

El chico la guiaría hacía la roca, haciendo que ella posara sus manos sobre la roca, mientras él abría con una manos sus labios vaginales y con la otra agarraba su miembro para guiarlo hacia su entrada, introduciéndolo lentamente.

Mientras eso pasaba,ella gemía fuertemente mientras él sentía como su miembro se llenaba del placer al sentir sus gelatinosas paredes agarrándolo, hasta quedar ambos unidos hasta las caderas.

—Uff, uff, uff, uff... —resoplaba la zorra amarilla con los ojos cerrados.

—Ah... No te preocupes, solo acabamos de empezar. Dolerá al principio, pero pronto tu interior se adaptará a mí...

—Eso espero... Agh...

Sin más dilación, se empezaría mover dentro de la chica con movimientos lentos y seguros para dejarla acostumbrarse, mientras aún gemía algo fuerte.

—Vamos a hacer esto más ameno para ti. Dime, ¿cómo te llamas?

—¡Ah...! M-me lla-llamo Riosuko...

—Ah... Encantado, Riosuko. Yo soy Seil, un modesto aventurero.

Viendo que le costaba menos penetrar dentro de ella, se empezaría a mover más rápido.

—¡Agh...! ¡Mmmh! Yo solo soy una ninja de un antiguo clan extinto... ¡Mmmmh...! Pe-pero al no conseguir trabajo, decidí convertirme en ladrona profesional...

—Vaya... Mmm... Con lo útil que serías usando esas habilidades tuyas para ayudar a la gente...

Seil sentiría que ya era la hora, conque agarrando sus caderas, empezaría a embestir contra ella de forma constante mientras sus caderas golpeaban sus nalgas amarillas, retumbando en forma de eco aquellos sonidos parecidos a aplausos por toda la cueva, y seguramente fuera de ella también.

—¡¡¡Ahh...!!! ¡Aahh...! ¡Mmmghh...! —gemiría con todas sus fuerzas mientras arañaba la roca desesperadamente.

—¡Mmmmh, sí! ¡Qué bien se siente tu interior! —agarraría sus nalgas muy emocionado mientras daba su cien por ciento, cerca del clímax.

—¡¡Ahhh...!! No...No... ¡No aguanto más!

La zorra se correría antes que él, empapándolo en sus fluidos mientras esta gemía hacia el techo, para instantes después sentir una última embestida del chico para quedarse bien pegado a ella y empezar a bombear dentro de ella todo su blanco y espeso semen, sintiendo su dulce calidez, lo que hizo temblar sus piernas.

—Uff... Uff... Uff... Pacto de compromiso... Completado... —diría él mientras retiraba su miembro de ella, dejando caer una pequeña cantidad de semen de su abierta vagina.

Fox Kingdom HaremWhere stories live. Discover now