Fox Kingdom Harem

Capítulo 1: Aclaración

-Esa chica... -digo de camino al instituto, pensando aún en lo que me ocurrió el día anterior.

La simple idea de saber que para alguien soy atractivo de verdad me deja anonadado. Desde entonces, le he dado vueltas y vueltas al asunto incapaz de dormir correctamente.

-Me tendré que ver con ella sí o sí en clase. Aprovecharé ese momento para hablar sobre ello.

Desafortunadamente, la chica no asistió a clase ese día, haciendo que mi cabeza diese más y más vueltas al asunto.

-Qué raro. Justo un día de que me entregara la carta... ¿Le habrá ocurrido...?

-¿Qué balbucea, señorito? -me pregunta la profesora gruñona en medio de toda la clase, haciendo que yo sea el punto de atención.

-¿Yo? No, nada. Solo pensaba en algo.

-¿En medio de mi clase...?

-(Mierda...) Bueno, quizás...

Y gracias a ese comentario, fui castigado con extra de tarea de clase, lo que me hizo amar más a mi profesora, pero no de la forma que creéis.

Ese mismo día iba a pasar de ir al club con todo el cacao mental que tenía y la cantidad de tarea absurda que me mandaron. Sin embargo, fui pillado por la presidenta y mi huída fue más que imposible.

-¿Te ocurre algo?

Preguntó ella al verme tan alicaído y tirado sobre la mesa.

-Nada, solo he tenido un día duro, solo eso.

-Ya veo... Muy bien, veamos que te deparará la suerte hoy al volver a casa -se puso a mirar en su bola de cristal falsa-. ¡Oh, vaya por dios! Aquí dice que una persona muy cercana a ti se presentará ante ti y te confesará su amor.

-Lo que tú digas... (Si eso fuera verdad, me gustaría que apareciera ya).

-Je, je. Mis predicciones nunca fallan.

-(Claro, nunca...)

Terminada esa hora de aburrimiento extremo escuchando a una chiflada, me dirijo hacia mi casa para poder terminar otro día más de instituto, solo que ahora preocupado por esa chica aún más.

-Debería calmarme y dejarlo pasar -digo abatido de regreso a mi hogar.

Todo parecía terminar como siempre, cuando para mi gran sorpresa me encuentro a alguien delante de la puerta de mi casa.

Era ella, la renamon que me dio la carta de amor. Se gira con un pequeño susto al darse cuenta de mi presencia. Con su rostro sonrojado, me mira con timidez.

-Eres tú... -le digo- ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no fuiste hoy a clase? Bueno, no importa. No es de mi incumbencia. Si quieres te doy la tarea de hoy. Déjame ver...

De repente, mi mano es agarrada por la suya, la cual temblaba sin parar. Sin saber cómo actuar dejo que ella lleve las riendas de la situación.

Nos miramos fijamente, y fue entonces cuando ella rompió el silencio gritando com determinación:

-¡Por favor, acéptame como tu pareja! ¡Haré lo que sea!

Aquella declaración tan directa en mi cara me golpeó mucho más fuerte que la simple carta de confesión.

Ante eso, solo pude quedarme con cara de asombro y sin saber que decir por culpa de la emoción y los nervios.

Ahora todo estaba clarísimo; ella me deseaba de verdad a su lado.