Capítulo 8: Nueva amistad

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Llegué a mi hogar sano y salvo, todo gracias a la presencia de la profesora.

Mis padres no volverían hasta la noche. Siempre era así, por lo que yo soy el que cocina la cena para todos.

Las consecuencias de usar a la profesora como escudo era tener que tomar clases toda la tarde, sin ningún momento para vaguear. Estaba bajo su mando desde el momento que me senté en mi escritorio de estudio.

Pasaron dos horas, y mi vejiga estaba a punto de explotar si continuaba sentado haciendo ejercicios de matemáticas.

-Profe, necesito ir al baño, por favor. No me aguanto más.

-Claro, está bien. De paso podemos tomarnos un pequeño descanso.

-(No lo habría dicho mejor) -pensé, sintiéndome afortunado.

Al salir del servicio, con un gran sentimiento de alivio, regresé a mi cuarto donde había dejado a la profesora sentada sobre la cama. Verla así me hacía sentir incómodo y maleducado. Quiero decir, mi maldita profesora estaba en mi propio cuarto.

-¿Desea un café? Se lo puedo preparar enseguida.

-Claro, muchas gracias, jovencito -me agradeció gentilmente asomando esos pequeños colmillos de zorro.

-Pues espere aquí, volveré en menos que canta un gallo.

Tal como prometí, me di prisa en prepararle un buen café que la sastifaciese. Se lo debía, después de todo me había ayudado a evitar a esa Kyubi. Además de eso, me ha enseñado mejor de lo que me esperaba.

Sin embargo, me parecía muy extraño cómo se comportaba conmigo. Era una faceta suya que jamás pensé que vería en mis años de estudiante. Lo único que veíamos de ella era un demonio destructor de paciencias y ánimos.

Pero fuera lo que fuera que le hubiera hecho cambiar su actitud, no debería preocuparme si es algo que le ha cambiado para bien. Podía hasta caerme bien de verdad.

-Aquí tengo su café -digo entrando mi cuarto.

Cuando la miro, la descubro asustándose de mi entrada, como si la hubiera pillado con las manos en la masa.

-¿Ocurre algo?

-No, nada, tranquilo...

-Como usted diga... -no sonaba muy convincente, aunque no tenía motivos para dudar de ella. Es decir, ¿qué iba a hacer una profesora ejemplar como ella?

Con educación y cuidado, le entregué el café entre sus oscuras manos. Ella se quedó por un momento callada, creando incomodidad en la habitación.

-Bueno, yo creo que no necesito descansar más, así que me vuelvo a poner con las mate...

-¿Por qué se pone así? No ha descansado nada -tragué saliva, sabiendo que lo que decía era cierto-. Escuche... Sé que suena muy raro y precipitado pero... Me gustaría que me vieses como a una persona de confianza más.

Aquello me dejó algo extrañado-. ¿Cómo?

-Que dejes de lado las formalidades conmigo, justo como estoy haciendo ahora. A partir de ahora háblame como le hablarías a un amigo.

-Vaya, qué repentino todo, profe. ¿Por qué este cambio de actitud tan repentino?

Ella simplemente desvió la mirada con vergüenza-. Por nada en especial, solo me he dado cuenta de algo...

-Mmmh... Está bien, profe. No soy ningún metomentodo, así que aceptaré eso como respuesta.

Con una leve sonrisa, le extiendo mi mano en señal de amistad, observándome con sorpresa, pero cambiando en un instante a una cara de felicidad.

Finamente estrechamos nuestras manos, sintiendo cada uno la temperatura del otro, forjando una nueva amistad. Era algo nuevo y raro para mí, pero me ser amigo de una profesora no podía ser tan malo.

-Bien, ¿quieres que sigamos con las lecciones extra? -me preguntó en cuanto nos soltamos las manos.

-Sí, por supuesto, je, je. Voy a darlo todo.

-Como profesora tuya, eso espero.

Ese día tras las clases, lo que surgió como una excusa para protegerme de la loca de Kyubi, terminó con el inicio de la confianza y amistad con mi profesora.

No sabré realmente lo que le ha ocurrido para querer ser menos agresiva con los demás, pero eso es algo que debería saber de su propía boca. Quizás con el tiempo, nuestra amistad se fortalezca tanto que quizás me lo cuente.

Hasta entonces, continuaré intentando vivir los nuevos cambios que me vayan sucediendo por mi vida estudiantil. Aunque me gustaría que mi acosadora no fuera uno de ellos...

Fox Kingdom HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora