Un joven aventurero se embarca en una aventura en busca de aliadas para enfrentarse al mayor peligro de toda la región. Mientras lo hace, librará intensas batallas, conocerá gente y fortalecerá su amistad con sus aliadas.
Me tambaleo en la silla, con la esperanza de librarme de las ataduras, asustado y nervioso mientras te veía delante de mí con una expresión alegre.
-Aw, tan adorable como siempre, ahora que estamos solos y eres mío por fin podré tomar lo que me pertenece y nadie más podrá hacerlo~
Dicho eso la loca se acerca con paso firme para quedar frente a mí y agacharse lentamente a la altura de mi cintura para desvestirme con rapidez, asegurándose de que estoy bien atado al mismo ritmo que ella misma se quita la ropa, quedando así únicamente con sus prendas de ropa interior al igual que yo. Se la notaba impaciente por comenzar lo que llevaba esperando tanto.
-¡Para de una vez antes de que cometas un locura! Aún estás a tiempo de evitar esto.
Digo intentando persuadirla como fuera y desesperado por salir intacto de allí. El problema se volvía más grande cuando la veía en ropa interior, empezando a sobresalir algo de mi entrepierna.
-Ow, tú amigo me dice lo contrario tesoro~
Por el contrario, notar ese incremento de tamaño que estaba teniendo yo en la entrepierna la hacía relamerse y tener aún más ganas de probarme, y de paso, obtener mi virginidad, la cual ansiaba por lo que no esperó más y simplemente hizo caso a sus instintos, sentándose así en mi regazo para pasar sus brazos tras mi cuello sin parar de mirarme, para dejarme meticulosamente cerca de su cara lo que serían sus prominentes pechos y así buscar excitarme.
Mi temperatura corporal aumenta de repente y muy rápido a la vez que mi corazón late con mucha fuerza, a punto de salirse de mi pecho.
-¡No...! ¿Así va a acabar todo?
Digo muy frustrado ante mi situación, siendo que mis ojos solo miraban a los enormes pechos de la zorra.
-¿Acaso crees que te he atado así por otra cosa?~ créeme que voy a disfrutar tomando cada centímetro de tú cuerpo~
Dicho y hecho mueve sus caderas ligeramente en círculos sobre mi entrepierna para así empezar a excitarme más y estimularme para causar una erección, ya que es lo que buscaba para empezar a trabajar.
Apreto muy fuerte los dientes, luchando por la lujuria que estaba comenzando a surgir en mi mente con el tacto de su pelaje frotándose contra mi miembro, terminando en dar forma a un erecto pene, duro y grueso.
-Como pensaba no puedes resistir tus instintos, serás y te haré mio totalmente~
No dudó en retirarse de mi regazo lentamente para agacharse y poder tener acceso así a mi miembro, el cual tomó con su diestra para ejercerle una pequeña masturbación mientras que por otra parte lame el glande del mismo de una manera bastante meticulosa, y así con su zurda tomar mis testículos los cuales comienza a masajear para estimularme más, aprovechando que estoy atado.
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-¡Ngh...! ¡No...!~
Totalmente inútil y sufriendo, pero a la vez disfrutando de la gentileza de su mano agarrando como si fuera una palanca de hierro mi miembro y jugueteando con mis testículos, la observo con rabia y sintiendo una húmeda sensación caliente por mi miembro.
-Serás solo mío~
Una sonrisa de satisfacción se dibuja en sus mejillas mientras prosigue con el acto, centrándose en las partes más sensibles de mi glande y resto de miembro para crear una placentera sensación que recorre mi cuerpo de manera continua, pues se toma su tiempo para hacer bien su trabajo, saboreando cada centímetro y recorriendo cada milímetro del dicho pene con su lengua a la par que con la mano en esa masturbación tan singular.
-¡Ahh...!~ ¡No me fastidies...!~
Mi cuerpo se estremece más y más con cada segundo que su ardiente lengua pasaba arrastrándose cual sabandija por todo mi miembro viril. La saliva estaba a punto de salir de mi boca por tal incontrolable tortura de placer.
Disfruta de cada momento y cada segundo de aquella situación sin dudarlo, alargando el momento y tornando sus acciones más lentas para hacerme "sufrir" más. No se detendría y continuaría recorriendo cada recoveco de lo que sería mi miembro, disfrutándolo en su totalidad aprovechando para también abarcar mis testículos en dicho acto, aunque puede notarse en su mirada lo deseosa que llegaría a estar por montarme y tomar finalmente, lo que ella consideraba, un preciado tesoro.
Mi respiración se vuelve más pesada y siento un gran dolor concentrado en mi atacado pene, como si de un volcán a punto de erupcionar se tratara. Ella no se piensa detener, a punto de encontrarse en frente de su cara una gran carga de líquido espeso causado por culpa de sus eróticas acciones*
-¡No, no, no...!~ ¡Siento que estoy a punto de...!~ ¡Ngh...!~
Y eso sería lo que estaba esperando para proceder a introducir mi pene en el interior de su boca, siendo así que lo iba introduciendo hasta finalizar dejando el mismo completamente dentro, haciendo lo que se llamaba "garganta profunda", aunque sin detener su lengua la cual prosigue con esas provocativas direcciones en mi erecto amigo, sin olvidar el placentero y erótico masaje a los testículos los cuales no dudó en apretar ligeramente para darme una última estimulación, esperando que toda esa carga que soltaría bajase por su garganta y de paso también poder saborear de ese preciado néctar que yo guardaba en mi interior y del cual tendría ganas de probar pues suponía que sería la primera vez que yo sentiría algo como lo que sería un orgasmo de ese calibre.
-No... No... ¡Noooo!~
Esas eran las últimas palabras que grité al expulsar como si no hubiera un mañana toda mi espesa y blanca esencia dentro de ella, sintiendo como todo iba cayendo a través del gran abismo oscuro que es su garganta.
Definitivamente, ella se convirtió en la primera persona que saboreó mi interior como ella quiso.
