CAPÍTULO 18

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El castaño bajó la mirada observando como el mayor abrazaba con suavidad su cintura. Sentía algo, era cómo... una sensación extraña entre felicidad y tristeza a la vez, sabía que tarde o temprano, después del amor que el adverso le daría, también obtendría dolor, tanto físico como sentimental.

—Yo... hice algo de comida para ti, vi que estabas muy mal así que...—tragó saliva sintiendo como su corazón comenzaba a latir rápidamente, estaban haciendo contacto visual después de una semana—es... e-es mejor que coma, la comida se enfriará—musitó.

—Extrañaba tenerte cerca, estos días... estuve lamentando todo lo que te he hecho, no quiero lastimarte nunca más, por favor, perdóname—suplicó llevando su fría mano hasta la cálida mejilla del castaño, éste al sentir el toque se recostó levemente sobre esta por unos segundos—Te daré lo que quieras, pero por favor, mantente a mi lado, yo... no puedo estar tanto tiempo sin ti—habló.

Con una mirada seria puso su pequeña mano sobre la mano del adverso, quitándola y haciéndose para atrás rompiendo aquel pequeño abrazo—Espero disfrute su comida, señor Kim—acotó—tomó su plato y finalmente despareció de la vista del rubio.

Este suspiró sintiendo aquella tristeza de nuevo pero ya era un paso más, me refiero a que... el menor, sin obligación le hizo comida y tuvo el valor de hablarle de nuevo. Kim tomó aquel tenedor y llevó un poco de aquellos espaguetis hasta su boca degustando el delicioso sabor que estos tenían, no sabía que el menor pudiera hacer algo tan exquisito como eso, estaba lleno de sorpresas... y Kim se encargaría de descubrir todas aquellas.

Después de un rato se levantó con su plato llevándolo al fregadero y dejándolo en este mismo lugar, desde ahí se podía ver parte del bosque por lo que salió para así disfrutar de la naturaleza y ponerse a leer un poco, fue en busca de unos libros que había dejado en aquel lugar tiempo atrás, cuando obtuvo el que más le llamó la atención salió para así acomodarse en una silla que se encontraba en su pórtico para comenzar a leer, pero justo 5 minutos después fue interrumpido; un mensaje había llegado.





Suspiró mientras veía al cielo, le enfadaba tanto que hicieran tonterías, eran personas muy inteligentes, eran capaces de matar a sangre fría y hackear al presidente pero la idiotez nunca se les quitaba.

Salió de sus pensamientos al escuchar la madera del suelo rechinar viendo a Jungkook con algo de timidez, le dio una sonrisa cálida, este tenía un abrigo que le había dado, le quedaba grande y lo hacía ver incluso más pequeño y tierno.

—Yo... venía a pedirle permiso para... ir al bosque, por un rato—musitó viendo al adverso por unos segundos, estaba nervioso ya que no quería enojado.

Kim se levantó al observar su cabello desarreglado, cuando levantó su mano hasta el rostro del menor, este se contrajo cerrando sus ojos y haciéndose hacia atrás, fue un reflejo por el último golpe que había recibido del cual aún tenía una marca. El corazón del mayor dolió al ver a Jungkook de aquella manera, eran los mismos actos que su madre hacía cuando su padre también levantaba su mano; se alejó y solo asintió yendo de nuevo a su asiento.

—Ten cuidado y... no tardes, pronto comenzará a oscurecer—habló viéndolo de una forma seria pero a la vez triste por lo que el castaño asintió y sin pensarlo más se adentró a aquel bosque comenzando a caminar por este.

—Eres un monstruo...—se dijo así mismo llevando sus manos hasta su cabeza, nunca había pensando volver a sentir lo que hace años sentía a cada instante, el dolor de ver a su madre contraerse por los movimientos de su padre y ahora... estaba viendo reflejado aquello en Jungkook.

Por otro lado, el susodicho comenzó a correr por aquel bosque con una sonrisa sintiendo la suave brisa en su rostro, estaba feliz, estaba... siendo libre después de 7 meses encerrado, había pasado tanto tiempo que incluso perdió la noción del tiempo.

—¡Soy libre!—gritó con felicidad riendo al final. Grito que... el rubio escuchó debido al silencio en aquel lugar.

Corrió y corrió hasta que llegó a una parte donde se podía ver perfectamente el sol meterse, sonrió y se sentó sobre las hojas muertas sintiendo su respiración agitada, hacía mucho tiempo que no se sentía así... tan... "libre".

Sindrome de Estocolmo| Taekook ᵈᵃᵈᵈʸ ᵏⁱⁿᵏ +21 [Corrigiendo En Hiatus]Where stories live. Discover now