Veintidós

1.7K 257 132
                                    

Quinto mes.

—¿Estás libre hoy por la noche? —pregunta sentándose a su lado en la cafetería.

—¿H-hoy? —tartamudea asustandose al verla aparecer de repente.

La mujer asiente sonriéndole.

Joel carraspea y se aleja un poco de ella. —Estaré ocupado.

—Vamos a tomar una copa, Joey —habla coquetamente —no te tomará mucho tiempo.

—No puedo, lo siento —responde firme el rizado y se levanta de su silla para irse a su escritorio.

Sharon no parece rendirse, rápidamente lo sigue y se para frente a él para seguir insistiendo.

—No deberías ser tan amargado, de esa forma nunca conseguirás una esposa.

—Ya estoy casado. —dice Joel en un tono fuerte.

Sharon se queda callada por un momento pero parece aún no querer creerlo. —Estás mintiendo —se asegura a si misma —¿Por qué no tienes un anillo de casado entonces?

—Claro que lo tengo —responde Joel y saca su billetera dónde guarda su anillo de matrimonio. No suele usarlo porque nunca se ha considerado un hombre realmente casado ya que su matrimonio es falso, pero tiene muy claro que aunque no sienta nada por Erick tiene un compromiso con él.

Estar con otra persona está completamente descartado en su cabeza, ni siquiera podría pensarlo.

—¿Por qué no lo usas entonces? —cuestiona desafiante. Pretendiendo saber la respuesta.

—Porque es demasiado preciado para mí y temo perderlo. —comienza a reír haciendo que Sharon se ofenda un poco —¿Por qué debo darte explicaciones?

—No puedo creerte. — murmura ella sin hacer caso a la última pregunta.

—Me casé hace poco, Sharon, con un chico porque soy gay, siempre lo fui. Y gracias por recordarme que debo usar mi anillo de matrimonio para que nadie más intenté ofrecerse a mí.

Las palabras de Joel son duras. Él camina hacia su escritorio ignorando las maldiciones que suelta la mujer claramente enojada.

Se coloca su anillo y decide usarlo de ahora en adelante. Sea un matrimonio falso o no, ya está casado y es padre.

Se concentra en su trabajo para terminarlo rápido y correr a casa.

Son cerca a las seis de la tarde cuando se dirige a su casa y pasa por una florería. Hay muchas flores de varios colores pero Joel solo compra un girasol para Erick.

Recuerda que una noche mientras hablaban de ópera, empezaron a discutir sobre el shampoo y por alguna razón Erick dijo que le gustaban los girasoles, solo uno por ocasión.

Joel no sabe muchas cosas de Erick, solo lo básico. Que duerme con los pies descubiertos, que babea. Que pone leche en un tazón y después el cereal. Le tiene miedo a los monos y siempre le canta una canción a Jack para que no sueñe con monos.

Son cosas insignificantes que no se borran de su mente.

Entra a su casa sonriendo. —Ya llegué. —anuncia pero no recibe respuesta, todo es silencio.

Mira el reloj que marca 18:23 pm. Y no entiende porque no está Erick. —Hoy Erick tenía que recoger a Jack. —se dice a si mismo sacando su celular para ver si tiene algún mensaje del ojiverde pidiéndole que vaya por el bebé porque se le hizo tarde.

Su buzón está vacío.

Lo llama él para asegurarse de que todo está bien pero el celular de Erick está apagado.

Decide ignorar el miedo que crece dentro de él.

Seguro se distrajo en el centro comercial o fue a comprar la cena y se quedó sin batería. —se dice para no preocuparse.

Se quita el saco y está desatando la corbata de su cuello cuando su celular suena fuertemente. Responde de inmediato pensando que es Erick pero no es él.

—¿Hablo con el señor Pimentel?

—Si, él habla.

—Lamento informarle que su esposo está en el hospital.

—¡¿Qué sucedió?! —pregunta desesperado.

—Le dispararon en una redada.

Baby || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora