Diez

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—¿Es algo malo? —pregunta Erick al ver su expresión —Di algo por favor, me estas asustando.

Joel se acerca y sujeta las manos de Erick y las aprieta fuerte con las suyas —Promete que vas a creerme —suplica —Confía en todo lo que te diré por favor.

Erick sólo asiente al sentirse temeroso.

—Jack no es mi sobrino —suelta rápidamente antes de arrepentirse.

—¿Es tu hijo? —pregunta casi inmediatamente y el contrario puede sentir con aprieta el agarre.

—No —responde Joel y baja la mirada. Entonces Erick siente un gran alivio y finalmente puede respirar.

—Nunca me convenció la historia sobre tu hermana y la pañalera perdida —ríe un poco —no soy tan tonto.

—No inventé esa historia porque creyera que lo fueras —se apresura en aclarar el rizado.

—Cuéntame todo de una vez —pide el ojiverde —Que fuera tu hijo fue lo primero que sospeche, ¿qué puede ser peor que eso?

—Que lo encontré —suelta finalmente —en la calle...

—Joel...

—Estaba en el parque, sólo en la noche.

—¿Por qué no lo llevaste a la delegación?

—Lo escondí porque sentí pena y luego miedo y ahora no sé qué hacer.

—Es que debiste llevarlo con la policía —recalca Erick —o al menos decirme la verdad desde el principio.

—Hice mal en ocultarlo, ya lo sé.

Erick sujeta su cabeza con ambas manos mostrando su preocupación hasta que su celular suena de nuevo.

—Tengo que irme, hablemos cuando vuelva.

Cuando el policía sale del departamento los minutos se hacen eternos para Joel.

Minutos en los que se pregunta si Erick realmente le creyó.

Se recuesta con Jack casi dormido sobre su cama y le habla aunque el bebé no le entienda —No sé qué vaya a pasar Jack, pero estoy seguro que nada será igual —se lamenta —no puedo correr ningún riesgo.

Mientras Erick no puede concentrarse en el caso por pensar en Joel, en lo que debería hacer y si es lo correcto.

—¿Entonces el esposo de la señora es quien robo al bebé y es a quien buscamos? —cuestiona para asegurarse de que este caso no tenga nada que ver con Joel y Jack.

Siente un gran alivio cuando los demás policías en el caso lo afirman.

Joel espera impacientemente hasta la madrugada y cuando escucha la puerta ser golpeada corre rápidamente a abrirla.

El policía le sonríe por cortesía pero eso no alivia la inquietud de Joel.

—Encontramos al bebé —comienza a explicar —ya sabes, un hombre infiel negándose a darle el divorcio a la madre hasta el punto de chantajearla llevándose a su propio hijo.

—Entonces no tiene que ver con Jack.

—Si comprendes que tengo que llevarlo a la delegación de todos modos ¿verdad?

—¡Yo no lo robé!

—¡De todos modos, Joel! Tenemos que encontrar a su familia.

—Estaba sólo en el parque, en una noche helada, ¿realmente crees que tiene alguien que lo busca?

—Tú... ¿de verdad lo encontraste abandonado?

El silencio se apodera del momento cuando Erick termina de pronunciar esas palabras.

El rizado lo mira decepcionado —¿De verdad me crees, Erick?

—Joel... —trata de explicarse al notar la decepción en la mirada del rizado pero Joel no deja que termine.

—Es muy tarde, es mejor que vayas a dormir no quiero que Jack se despierte —entonces cierra la puerta sin esperar ninguna respuesta.

Y Erick no insiste, simplemente entra a su propio departamento.

La mañana siguiente no es mejor, Erick insiste un largo tiempo tocando la puerta del departamento de Joel antes de irse a trabajar pero esta no se abre.

Así que resignado baja en el elevador y se encuentra con el conserje del edificio.

—¿Usted vio salir temprano al joven del departamento 34? —no puede evitar preguntar.

—Se fue en la madrugada.

—Claro, debió ir a trabajar.

—No, se mudó.

—¿Qué?

Asiente —Se fue solo con dos maletas y un bebé, supongo que volverá por sus muebles porque el plazo de desalojar el departamento se vence a fin de mes.

Baby || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora