Baby || Joerick

Quince

Joel sostiene al bebé mientras camina en círculos en el pasillo afuera de la oficina del jefe de policías.

Los minutos parecen pasar demasiado lento. Su frente comienza a sentirse mojado por el sudor.

—Todo va a estar bien —habla dirigiéndose al bebé que mece suavemente en sus brazos.

Jack lo mira detenidamente y sonríe.

Joel teme no volver a ver esa sonrisa.

Jack no es su hijo y aunque desde que lo encontró se planteó este momento, no quiere estar ahí.

Tal vez si escapara otra vez...

Su mente divaga por distintos pensamientos, miles de opciones en dónde Jack pueda quedarse con él y a la misma vez él no se sienta culpable de alejarlo de su verdadera familia.

Pero tener ambas cosas parece imposible.

La puerta de aquella oficina se abre causando un sonido molesto que lo saca de sus pensamientos.

Gira levemente la cabeza para encontrarse con la decaída mirada de Erick.

Una mujer se encuentra a su lado. Su porte es firme, mantiene una mirada sería y el ceño fruncido. Parece molesta sin ninguna razón, como si siempre tuviera esa expresión.

Examina al rizado desde la punta de los pies hasta su cabeza sin ninguna discreción. Carraspea cuando sus ojos se encuentran. —¿Es el bebé? —pregunta secamente.

Erick murmura un sí, pero no sube la mirada.

Joel no es tonto, sabe que no puede esperar nada bueno por lo que ha visto.

—Demelo —habla la mujer una vez más con frialdad y a la vez estira sus brazos para arrebatarle a Jack.

—No —suelta tratando de negarse y a la misma vez buscando respuestas.

¿Acaso esa es la madre de Jack?

—Joel —comienza a explicar Erick para aliviar el ambiente que se ha tornado con nervios e incomodidad —Ella es la trabajadora social —dice refiriéndose a la mujer —y debe llevarse a Jack mientras encuentran a algún otro familiar.

—¿Por qué? —se atreve a preguntar.

—Porque encontraron a la madre de Jack muerta —continua explicando calmadamente para darle seguridad al rizado.

—¿Es acaso él un policía también? —cuestiona la mujer —porque si no es así no creo que deba darle información que no le corresponde.

—Es mi esposo y la persona que encontró al bebé —lo defiende Erick un poco molesto.

La mujer no dice nada más. Solo se apresura en casi arrancar de los brazos del rizado a Jack y acompañada del jefe de policías y otro hombre más, caminan lejos de ahí.

Joel está apunto de perseguirlos pero el ojiverde lo detiene.

—Vamos a hablar. —susurra y lo jala hasta su oficina.

—¡Erick! ¿Qué haces? —reclama —¡No podemos dejar que se lleven a Jack!

—Encontraron a su madre muerta por una sobredosis de drogas —suelta sin más —Ella era prostituta así que descartamos encontrar al padre y las posibilidades de que tenga algún otro familiar son nulas.

—Entonces con más razón debería quedarse con nosotros.

—No es tan fácil, Joel —niega —Jack ahora es un niño huérfano y debe estar en un orfanato hasta que permitan su adopción. Todo eso implica un interminable papeleo de varios meses.

Joel parece pensarlo un poco mirando al suelo, pero cuando sube la mirada, ésta está llena de determinación al igual que su voz. —Está bien, entonces voy a adoptarlo.