Diecinueve

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Parado frente a la pequeña mesita de madera blanca, rodeado de tres personas más, lo inunda una gran incomodidad.

Se agacha ligeramente para sujetar el bolígrafo y firmar los papeles que le indica la mujer seria de traje gris.

Termina, se endereza y sonríe para aliviar la tensión en el aire y para que la persona frente a él crea que realmente está feliz, claro que no lo está.

Erick jamás creyó casarse de esta manera.

Joel apenas lo mira cuando es su turno de firmar los papeles de matrimonio. Se mantiene tranquilo, la expresión en su rostro no demuestra nada.

Joel termina de firmar como si firmara cualquier papel sin ningún valor.

La jueza finalmente les dice que pueden besarse porque ya son oficialmente esposos. Entonces el rizado se acerca a Erick para dejar un beso en la comisura de sus labios.

Eso es todo. No hay emoción. No hay flores o regalos. No hay nada que habría en una típica boda, que es justo lo que Erick siempre soño tener.

Cuando su mamá le llama más tarde ni siquiera puede contarle que se acaba de casar con el hombre que ama. Jamás imaginó que su madre no estaría presente en su boda y ahora se siente terriblemente culpable, aunque no es culpa suya porque de hecho se lo pidió a Joel, pero él dijo que no era necesario porque esta boda era falsa y tarde o temprano se iba a terminar, así que no insistió.

Sabe que no debió aceptar casarse de esta forma pero el solo hecho de imaginar a Joel casado con alguien más aunque fuera falso, estaba matando su mente.

—El camión de la mudanza llegará mañana al medio día —dice Joel —Trata de empacar tus cosas hasta entonces.

—¿Ya alquilaste una casa?

—Si, lo hice. Espero que no te moleste.

—No me molesta —responde Erick de forma seca.

—Por la tarde iremos a tramitar los papeles de la adopción de Jack.

Ambos se mantienen callados durante unos minutos que parecen eternos hasta que el ojiverde vuelve a hablar. —Es un poco tarde. Buenas noches. —voltea su cuerpo al lado izquierdo de la cama dándole la espalda a Joel.

—Erick... —lo llama dulcemente —gracias por continuar ayudándome. Sé que no querías esto al principio y casi siento que te obligué. Perdóname por priorizar a Jack antes que a tus sentimientos. —el ojiverde voltea al escucharlo hablar y le presta absoluta atención —Casi somos desconocidos pero espero que el tiempo que estemos juntos nos ayude a conocernos mejor. Siento que estoy empezando a quererte.

Quizás Joel tenga razón, piensa Erick. Quizás el tiempo que estén juntos ayude a qué su matrimonio se vuelva real.

Con su ser lleno de esperanza y esbozando una pequeña sonrisa, Erick pregunta —¿Puedo abrazarte, Joel?

El rizado asiente sonriendo también.

Erick se acurruca a su lado dejando reposar su cabeza en el pecho del más alto mientras este rodea delicadamente con sus brazos su cintura.

No es la luna de miel que ninguno de los dos hubiera imaginado tener pero ambos se sienten felices.

Baby || JoerickWhere stories live. Discover now