Dieciséis

1.9K 272 89
                                    

Un mes después...

—¿Qué sucedió esta vez? —pregunta Erick al ver al rizado decaído entrar al departamento.

—Rechazado porque faltan un par de papeles. —se limita a contestar y luego suspira dejándose caer sobre el sofá.

—Pero preparaste todos los papeles perfectamente ayer.

—Al parecer no lo hice tan perfecto.

Erick duda en acercarse al rizado pero lo hace tímidamente —Hazlo otra vez. —sugiere —Seguro que ésta vez te aceptan.

Joel finge sonreir porque no cree que sea lo correcto ser descortés con Erick después de todo lo que le ha ayudado.

Cierra los ojos y se queda dormido casi al instante por lo cansado que está.

El policía contempla su imagen unos minutos. Aún recuerda la primera vez que lo vió. Sus rizos estaban desordenados y tenía un poco de bigote en su barbilla dando a entender que no se había rasurado en algunos días.

Su mirada se encontraba perdida en algún sitio desconocido para el ojiverde. Sus labios se movían levemente como si estuviera hablando consigo mismo sin emitir ningún sonido.

Seguro había ido a comprar su desayuno y estaba volviendo a su departamento. Erick apenas salía del suyo con rumbo al trabajo y lo vió.

El lugar era tranquilo y su trabajo le quedaba cerca, eran las únicas razones por las que se había mudado a ese edificio, pero encontró mucho más que comodidad en ese lugar.

Su pecho volvió a sentirse cálido como no lo hacía hace bastantes años y su "yo" enamoradizo le anunció que encontró a su chico.

Desde ese momento Erick trató de acercarse al muchacho de ojos chocolatosos y rizos perfectos, pero siempre le ganaban los nervios y se echaba a correr o se quedaba estático sin saber que decir.

Era un policía mandón y serio en su trabajo pero al llegar a casa se convertía en un cachorrito dócil al ver a su encantador vecino.

Jamás ni en sus más alocados sueños se habría imaginado estar compartiendo su departamento con él.

Quería sentirse feliz pero no podía porque algo en su interior no sentía que Joel conectara con su amor.

El rizado suelta un murmullo en sueños y eso saca a Erick de sus pensamientos.

Camina hasta su habitación para conseguir una cobija y con ella cubrir el cuerpo de Joel sobre el sofá.

Espera que mañana sea un mejor día y que Jack vuelva pronto a casa.

Una semana después Erick se encontraba sentado en la sala mirando cada instante el reloj que estaba colgado en la pared.

Eran cerca a las dos de la madrugada y Joel no llegaba y tampoco contestaba su celular.

Su respiración era un poco acelerada por lo intranquilo que se encontraba. Se había prometido que al llegar la manecilla al número doce tomaría su pistola y saldría corriendo a buscarlo.

Solo quedaba un minuto y la ansiedad se estaba apoderando de su cuerpo.

De pronto la manija de la puerta giró y ésta se abrió lentamente dejando entrar a Joel.

Erick ni siquiera lo pensó y se lanzó encima del muchacho. Lo abrazó tan fuerte que creyó escuchar sus huesos sonar.

—¿Dónde estabas? —preguntó de inmediato sin dejarle pronunciar ni una sola palabra antes.

—¡Tengo buenas noticias! —anunció sin prestarle mucha atención a la voz entrecortada del ojiverde o a su desesperado abrazo.

—¿Es sobre la adopción de Jack?

Joel asiente y comienza a explicar —Reuní todos los papeles —Erick sonríe sinceramente hasta que Joel termina de hablar —también conseguí un departamento, ya no hay forma de que me rechacen esta vez.

—Pero no tienes que irte —dice sonando desesperado.

—La trabajadora social me dijo que es mejor tener un lugar más amplio y cómodo para el bebé, pero no te preocupes trataré de que veas a Jack en vacaciones.

—¿Vacaciones? —pregunta desconcertado.

—Es que no te lo dije, viviremos un poco lejos de aquí, será complicado que nos veamos seguido.

Erick una vez tuvo una familia, pero todo era una ilusión.













¿Si hago un live en Instagram lo verían?

Baby || JoerickWhere stories live. Discover now