2

2.7K 355 29
                                    

Un leve rasgueo con el pincel se pintó en el lienzo blanco, que ahora era manchado por un azul pastel, color favorito de Taehyung.

No estaba deprimido, más bien, estaba más que emocionado desde que encontró a aquel baterista.

Su mente no dejaba de pensar en miles de dibujos, sin embargo, su mano dolía tanto que le era incómodo sostener de nuevo un lápiz por los callos que tenía en los dedos.

Dejó el lienzo a secar sobre una mesa y decidió salir a almorzar. Tenía el estómago vacío que ahora tras terminar el lienzo comenzaba a gruñirle sin parar.

Quitó su delantal y al cabo de minutos salió de su universidad, montado encima de su patineta para llegar más rápido a su destino. Por suerte no había tanta gente, así que podría andar como le gustara.

Acabó frente a una cafetería que al entrar se podía sentir la tranquilidad que emanaba.

Y Taehyung amaba eso.

Miró la cartelera y uno en especial le llamó la atención.

—Un té de Melisa y tila, y una dona glaseada, por favor.

—Qué sorpresa, al fin alguien utiliza esa mezcla de infusiones —comentó un señor ya mayor que atendía y comenzaba a hacer el pedido de Tae.

No era que tuviera ansiedad o algo por el estilo, solo quería relajarse para poder pensar claramente que haría después. Dejó sus cosas al lado de la silla en donde se iba a sentar tras recoger su pedido.

Empezó a tomar de su infusión mientras escuchaba el jazz que sonaba por todo el local, bajito, pero agradable.

Sacó su cuaderno y lápices, observando de a poco los bocetos ya hechos y pensando en como podía fusionarlos sin tener que dañar el borrador.

La campana de la puerta fue tocada advirtiendo que un nuevo cliente llegaba.

—¡Papá, ya llegué! —avisó este, al parecer su padre era el que atendió a Taehyung.

—¡Llegas tarde y te dije que vinieras temprano! —rechistó

Sin tomarle mucha importancia a esa conversación, Taehyung pasó el lápiz sobre su cuaderno, haciendo una línea contorneando el diseño del rostro —que conste que se había puesto una curita para no lastimar más sus dedos—.

—¿Ese es Jungkook?

La voz de aquel chico que recién llegaba sacó de su mente al peliazul, estaba tan concentrado que ni cuenta se había dado cuando se acercó a él.

—¿Quién? —preguntó Taehyung con curiosidad.

—Ese chico —señaló al borrador—, es Jungkook.

—No lo sabía —respondió.

—¿No lo sabias y aun así lo dibujaste? —intentó sonar gracioso, pero en realidad tenía razón. ¿A quien se le pasaría por la cabeza dibujar a alguien para después no saber quién era? Sobre todo, de que podrían tomarlo como un acosador—. No me presenté, me llamo Jung Hoseok, ¿y tú?

—Kim Taehyung —dijo a secas.

Hoseok solo pudo asentir sin apartar la mirada del borrador, pensaba que era uno de los fans locos, de esos que son callados y que en realidad son los más peligrosos.

—¿Por qué lo dibujas? —preguntó este.

—¿Debería de decirle mis motivos a alguien que recién conozco? —dijo Taehyung tomando un poco de su infusión.

—No, pero es mi amigo, ¿sabes? Y como soy su amigo me preocupo por su seguridad. ¿Y si eres un acosador?

Taehyung se quedó perplejo, por supuesto que no era un acosador, apenas y sabía que su nombre era Jungkook.

Stay; KookTaeWhere stories live. Discover now