5

2.5K 311 9
                                    

El tiempo había pasado muy rápido, un mes para estar exactos. En todo ese tiempo Taehyung pudo reunirse con Jungkook para analizar unas cosas que eran bastantes aburridos, o eso pensaba este último.

Taehyung salía de la universidad con un lienzo recién pintado en una funda para que no se estropeara. Esta vez iría al club donde el grupo de Jungkook solía tocar solo para pasar el tiempo. Recogió su té ya mandado a hacer de la cafetería donde frecuentaba ir y se dirigió al club.

Una vez adentro se posicionó en un lugar cerca de la tarima, pero también donde el cuadro pudiera reposar sin ser estropeado.

—¡Bienvenido, Taehyung! —le dio una cálida bienvenida Yoongi.

Min Yoongi, un chico de tez muy blanca, de ojos pequeños y alguien al mismo tiempo que Tae, de pocas palabras. Se entendían muy bien sin hablar tanto.

—Hola —saludó de vuelta.

—Jungkook viene a unos minutos, está resolviendo un asunto —asintió.

Mientras esperaba fue viendo algunos de los bocetos ya hechos, ninguno de ellos llenaba por completo a Taehyung.

Faltaba algo, sabía que faltaba algo.

Un simple dibujo no bastaba para llenar ese hueco que tenía en el pecho.

El sonido estrepitoso de la batería hizo que el peliazul saliera de su mundo. No negaba de que se había asustado porque lo hizo.

—¡Mirate nada más, te asustaste por algo tan normal! —Jungkook de verdad que le encantaba molestar a Taehyung.

Tae solo lo observó a los ojos.

Algo bastante peculiar en él, es que, viendo directamente a los ojos de una persona, lograba que estos se pusieran nerviosos de la nada. Bastante extraño.

—Ya deja de mirarme así, incomoda mucho —se sentó en la orilla del escenario—. ¿Qué haremos hoy?

—Nada interesante.

—¿Qué...? Oye, ¿de verdad soy tu musa? Porque más bien esto parece que estés gastando mi valioso tiempo.

—¿Y no crees que debiste de poner alguna restricción desde la primera vez que hice esto?

Tenía razón, él sabía que Tae tenía la razón y no la quería admitir.

—Solo me quedaré aquí a no ser que me digas que te incomodo como siempre.

—¿Qué pasaría si digo que me incomodas? —quiso provocarlo.

—Me iré, listo —y su plan fracasó al ver que se mantenía sereno.

—Eres tan difícil de entender...

Y por si no se cansaba más, Jungkook se sentó al lado de Tae para poder ver más de cerca lo que hacía. Era el quinto intento de dibujar algo bien hecho y no lo conseguía por más que se empeñaba en hacerlo.

—Todos son bueno, ¿por qué no seleccionas uno y ya?

—¿Por qué tocas? —le preguntó Tae sin despegar la mirada de su borrador.

¿Por qué tocaba? Podría responder muy bien esa pregunta si estuviera en el pasado, actualmente, en el presente, esa pregunta era la menos que quería contestar.

¿Para quién tocaba? ¿De verdad seguía amando la música como antes?

¿Seguía teniendo el mismo motivo para seguir tocando?

—Como lo suponía, no tienes ni idea de cómo contestar, ¿me equivoco?

Jungkook estaba sorprendido. Nadie lograba entender cómo se sentía o qué pensaba, y justo él, aquel chico de pocas palabras que no se enojaba con frecuencia y super raro, sabía perfectamente cómo se sentía.

Stay; KookTaeWhere stories live. Discover now