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El día era bastante caluroso. Debían de abrir las ventanas y puertas para que el olor a pintura saliera. Tenían abanicos prendidos y aún así, el calor era tan terrible que el respirar era casi difícil.

A Taehyung le molestaba el cuello de su camisa y constantemente se la alejaba para dejar de sentir el malestar, que continuamente seguía. Al lado de este teníamos a un Jimin concentrado en su dibujo hasta que se fijó en el de Tae y notó algo que lo preocupó bastante.

No era él.

Sus dibujos eran una obra de arte sin igual. No se podía comparar con nada ni con nadie. Ni con el mismo Leonardo Da Vinci.

Pues era obvio el arte, podías ser original como también una copia barata de lo original. Y Tae es aquel ser que detestaba la copia barata de la original sin ser original.

—Taehyung —la voz de Jimin desconcentró a este—. ¿Puedes llamar eso arte? —preguntó, haciendo referencia a lo que el peliazul hacía.

Podía estar seguro de que era su arte, mas no estaba seguro de lo que estaba haciendo. Estaba concentrado, por supuesto que lo estaba porque todos los días quería hacer algo mejor y algo nuevo que incluso él mismo se sorprendiera de lo que hacía.

Jimin le estaba abriendo los ojos para ver lo que de verdad estaba haciendo.

—Un arte no sólo implica una copia barata, significa transmitir algún significado o dejar algo en claro sin tener que hablar —explicó.

—¿Y qué estás haciendo ahora mismo? ¿Sientes algo cuando ves lo que estás haciendo?

Quedó sin saber qué contestarle. Lo pensaba mejor y Jimin tenía razón.

—¿Estás bien?

Estaba bien, o eso quería él creer que lo estaba cuando mentalmente se sentía cansado hasta el punto de dejar que su mente le hiciera creer cosas, como por ejemplo: sentirse en el limbo y sus manos crear algo que él nunca pensaría hacer. Y su mente le hacía creer una y otra vez que estaba bien.

Pero este solo elevó sus hombros en modo de un simple 'no lo sé'.

—No te tomes tan enserio las cosas. Y no es por ofender, pero eso —señaló a la obra de Tae— apesta horriblemente.

La verdad siempre duele, y esta vez, era una verdad que para él no le dolía.

¿Por qué?

{...}

Tae y el pelirosa entraron al club y Jimin fue donde Jin animadamente para contarle varias cosas. Mientras, Tae se sentó frente al escenario, pero un poco alejado de todos. ¿Razón? Solo acompañaba a Jimin porque él lo pidió y no por su querer.

—¡Taehyung, no deberías de alejarte de todos de esa manera! —expresó Jimin de lejos.

Igualmente fue ignorado totalmente. No estaba enojado con Jimin, solo se sentía enojado con él mismo por no poder hacer las cosas que quería hacer y bien hechas.

En su mente todo era un bucle en donde solo existía él y nada más que él. Ningún pensamiento hacia otros al igual que ningún pensamiento sobre su arte existía. Porque, estaba tan concentrado en sus pensamientos en blanco que a la hora de recapacitar se había asustado al escuchar un fuerte golpe en su mesa.

—¿En qué planeta estabas? ¿En Plutón?

Jungkook, quien llegó para invadir los pensamientos de Tae, fue sentándose frente a este para hacerle compañía.

Desgraciadamente debía admitir que agradecía a que él llegara ahora, estaba cansado de pensar tanto y era incontrolable no poder hacerlo.

El peliazul sacó su cuaderno de bocetos, pero a la hora de coger el lápiz y hacer un círculo, su mente nuevamente quedó en blanco.

Stay; KookTaeWhere stories live. Discover now