EXTRA

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El dolor de espalda impactó de la nada a Taehyung. Era tanto el dolor que al tocarse la espalda sintió algo pegajoso. Fue bajando más su mano hasta llegar a su trasero en donde el pánico poseyó su cuerpo.

La única pregunta que rondaba en su cabeza era:

¿Qué ocurrió ayer?

Recordaba que fue a una fiesta con sus amigos, después de ahí no recordaba nada del cómo acabó en la cama de Jungkook quien dormía como un bebé y con el torso desnudo.

O bueno, no era solo el torso que estaba desnudo.

Jungkook fue moviéndose hasta quedar frente al peliazul quien lo miraba con ambos ojos abiertos.

—¿Por qué me miras así? —pestañeó varias veces—

—¿Qué ocurrió anoche? ¿Por qué tengo mi trasero y espalda pegajosa?

—Anoche fuiste una bestia salvaje. Casi y me deboras vivo. No creí que fueras tan así —observó al menor con una sonrisa pícara—

—¿Qué quieres decir?

Temía a qué anoche hubiera cometido un error no tan error. Pensaba que anoche había ocurrido algo más que una simple fiesta y fuera algo más movida.

—¡No parabas de bailar! Era como si alguien extrovertido poseyera tu cuerpo y que no fueras tu mismo. Recuerdame la próxima vez no darte ni un shot de alcohol, porque solo fue un pequeño sorbo y ya estabas borracho —explicó. El peliazul soltó un sonoro suspiro de alivio—. ¿Pensabas que había ocurrido otra cosa? Que pervertido eres, Tae. Ni siquiera me diste un beso o algo así.

¿Mentira lo que hablaba? Claramente. Porque nunca llegó a decirle que su primer beso fue en aquella fiesta en donde estaba borracho y que por puro impulso y cegado el alcohol había besado a Jungkook.

¿Que Jungkook aprendió después de eso? A no darle nunca más alcohol a Kim Taehyung.

—¿Y por qué siento el trasero pegajoso?

—Cuando llegamos te quejaste de un dolor de espalda, así que decidí ponerte un poco de crema en toda la espalda, llegando un poco hacia tu trasero.

Taehyung observó los ojos de Jungkook, este solo bostezaba por el sueño que tenía.

—Taehyung, resultaste ser un pervertido en serie —carcajeó—. No haría tal atrocidad sin tú estar en tus sentidos y no borracho.

Estuvo listo para dirigirse al baño si no fuera porque en sus muslos observó unas marcas raras que el día anterior no estaban.

—¿Qué justificación hay con esto? —señaló sus muslos. Las marcas parecían chupetones, su color era morado con leves tonos rojizos—

—Ah... Sobre eso... —se recostó sobre el espaldar—. Habíamos jugado con una máquina que causaba chupetones. Te advertí sobre eso y no me hiciste caso, es por eso que tienes esos chupetones, que no son míos —aclaró—

—¿Estás seguro?

—Lo juro —levantó su mano derecha—

{...}

Taehyung almorzaba con Jimin, este no paraba de reír al verlo.

—Estuviste increíble ayer. En tu interior vive un tigre peligroso —carcajeó por ver la expresión sería de su amigo—. Admito que me preocupé mucho cuando decidiste usar esa máquina que causaba chupetones. Jungkook intentó detenerte, pero no hacías caso.

—Eso mismo dijo él. Incluso me asusté más cuando sentí mi espalda y trasero pegajozo —tomó un poco de su té—

La risa de Jimin no se hizo esperar. Tanta era la risa que había empezado a llorar y el aire era escaso en él, tanto así que casi se ahogaba con su propia saliva si no fuera porque Tae le sirvió un vaso de agua y se lo entregó para que pudiera tomarlo.

—Creíste que —tosió—. ¿Creíste que lo habían hecho? —continuó riendo limpiándose las lágrimas—

—Cualquiera pensaría eso. Estás en la cama con tu novio, sientes tu espalda y trasero pegajoso, chupetones en tus muslos, lo primero que piensas es que lo hicieron. Lo peor es que me dolía el trasero.

Jimin volvió a reírse como nunca. Incluso cuando se echó hacia atrás, la silla se había resbalado y cayó de lado junto a la silla. Aún estando en el suelo continuó riendo.

Taehyung acudió hacia él para ayudarlo a levantarse.

—Tae, me hiciste el día.

Su rostro estaba rojo causa de la risa. Tan pegajosa era su risa que el peliazul no pudo evitar reír junto a él.

De empezar por una fiesta y terminar con dolor de trasero, que esté pegajozo, encuentres chupetones en tus muslos... Se puede interpretar de muchas formas.

{...}

Taehyung se encontraba arreglando su de álbum de fotos. Una de aquellas fotos era muy importante para él y que no permitiría que nadie más que su familia viera esa foto. Jungkook salió de la ducha mientras secaba su cabello con una toalla. Aquel tinte azul en sus puntas empezaba a desaparecer poco a poco.

—Tae, el secador no funciona —anunció—

El menor dejó aquella foto boca abajo y se dirigió al baño para verificar el secador. Como si fuera un gato curioso, Jungkook giró aquella foto y no pudo evitar reír bajito.

—Taehyung, perdón por invadir tu privacidad y entiendo que probablemente te molestes pero... ¿Cuantos años tenías aquí?

Taehyung al ver a lo que se refería, sin querer dejó caer el secador en el lavado y de inmediato prendió.

Al parecer necesitaba un buen golpe para funcionar correctamente.

—Tenía diecisiete... Es vergonzoso que veas esa foto.

—Es tierno verte vestido de mariquita —observó nuevamente la imagen—

—Ese día mis hermanos tenían un compartir y debía ir en nombre de mis padres y abuela. Taemin eligió el disfraz de mariquita mientras que Taesoo me maquilló. Mentalmente me dije: "está bien pasar unos instantes de vergüenza por ellos." se divirtieron muchísimo viéndome y maquillándome. De verdad que quería llevarme esa foto hasta la tumba.

—Te veías muy tierno —mostró la foto—. Se notaba que lo disfrutaste también.

—¿Una mariquita mágica viéndose tierno? —Jungkook río—. Lo cierto es que me divertí mucho también.

A partir de ahí, Taehyung decidió mostrarle más fotos de él que estaban en el álbum. En la mayoría Jungkook no paraba de decir que se veía tierno, aún más no paraba de decirlo cuando enseñó a su yo de bebé.

Aquella confianza fue incrementando a tal grado de mostrarle cosas íntimas que únicamente su familia sabía.

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Stay; KookTaeWhere stories live. Discover now