14

2K 281 13
                                    

Sin darse cuenta, ya habían pasado 2 meses desde que el peliazul consiguió su musa.

Taehyung llegaba al club tras unas largas horas de clases. Era sábado con lo cual tendría tiempo de sobra para relajarse y tener al menos un boceto bien hecho de lo que sería su trabajo final.

No se iba a llenar de ilusiones puesto que podría pasar cualquier cosa con esos dibujos. Le había pasado y todos éramos testigos de aquellas desgracias que le ocurría.

Tae visualizó por la recepción a Yoongi quien cargaba dos plantas de un lado a otro sin siquiera soltarlas hasta que finalmente lo hizo. Las colocó encima de la mesa y con desesperación buscó un rociador de agua.

—¿Por qué no me dejó un manual para hacer esto? —murmuró Yoongi.

El peliazul pudo notar aquel desespero así que se aproximó a él.

—Buenos tardes, Yoongi.

—Oh, Taehyung... Buenas tardes.

—¿Qué haces?

—Jin compró recientemente estás plantas, pero tuvo que irse de imprevisto. Como yo soy el único que queda aparte de Jungkook que está haciendo el vago, me las dejó a cargo. Solo que... ¿Sabes de plantas? —rápidamente asintió—. ¡Me salvas la vida!

Dejó su mochila a un lado, cogió el rociador para abrirlo y de una bandeja echar el agua, poniendo ambas macetas encima del agua para que puedan absorberla.

—No se necesita un manual experto para saber como cuidar de manera aceptable a una planta. Solo tienes que escucharla.

—¿Escucharla? —volvió a asentir.

—Las plantas pueden sentir, lastimosamente no pueden hablar porque si fuera así, estarían gritando para que dejáramos de contaminarlas. Pero los seres humanos podemos escucharlas cuando necesitan algo. ¿Tienes alguna mascota?

—Sí.

—Es lo mismo que tener alguna mascota. Debes cuidarla, atenderla. Sientes cuando está enfermo, cuando tiene hambre y sed. Las plantas son iguales solo que más delicadas.

Acarició con delicadeza y por encima a ambas plantas. Con cuidado levantó la bandeja para colocarla en otro lugar para que no fueran estropeadas.

—Esta es una peperomia —señaló a una planta con hojas un poco más gruesas, pequeñas al igual que redondas y con un verde intenso—, no necesita mucho sol ni tantos cuidados. Y está es una violeta africana —apuntó a una planta con hojas verdozas pero que sus flores eran rosadas—, no deben de estar expuestas directamente al sol.

—Sabes mucho de plantas.

—Eso es porque provengo de una familia de granjeros —explicó.

—¿Granja Kim-Eun? —preguntó—

Por un momento su cuerpo y respiración se paralizó. En verdad nunca pensó volver a escuchar ese nombre durante mucho tiempo, o al menos no hasta que fuera a su ciudad natal.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó el menor.

—Al principio, cuando te conocí, dudé por un momento, pero ahora que comentaste que provienes de una familia de granjeros, las dudas desaparecieron —sonrió—. ¿Quién de Daegu no conoce esa granja?

Era obvio —dijo Tae en su mente—. Yoongi también es de Daegu. ¿Cómo no lo sabría?

Aunque en ese momento no quería saber mucho de aquella granja que le traía muchos buenos recuerdos, y específicamente uno no tan bueno.

Stay; KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora