11

2K 271 28
                                    

Con su mano derecha, Taehyung cogió los dibujos dañados, rasgados y estrujados que Jungkook por suerte había recogido. No estaba enojado, estaba frustrado porque siempre ocurría lo mismo una y otra vez.

Nunca le había pasado algo así, por lo que llegó a una conclusión: el mundo del arte está en su contra.

—Creo que ya deberíamos de irnos —comentó Jin al guardar el equipo de primeros auxilios—. Si no llego ahora mi padre acabará conmigo.

—Pobre cosita fea —dijo el de mechas azules—. Está bien, ya es muy tarde igualmente.

—Taehyung, ¿te quedas? —le preguntó Namjoon.

Este observó su mano izquierda. No mentiría, necesitaba un respiro. Tampoco es que haya pasado tanto tiempo desde que llegó a la casa de Jungkook, aun así...

—Me quedaré unos minutos más.

—Si te quedas a dormir, no te preocupes, la habitación de invitados es muy cómoda —comentó Jin en tono de burla hacia Jungkook.

—Ya váyanse, me tienen harto —rodó los ojos.

Una vez que los tres chicos se fueron, la sala quedó en un inmenso silencio tan incómodo que Jungkook empezaba a moverse de un lado a otro sin saber qué hacer.

Digo, la presencia de Tae no le incomodaba, le incomodaba no saber qué hacer en casos así.

Mantén la calma. —repitió su mente.

—¿Por qué me defendiste? —se atrevió a preguntar Tae.

—¿Cómo que por qué lo hice? Cualquiera haría lo mismo.

—No —negó con rapidez—. No todos harían eso. La mayoría preferiría quedarse a mirar cómo agreden a otros sin decir ninguna palabra, a tener que defender y salir heridos. Cualquiera no haría eso.

Tan cierto y a la misma vez tan real. Con solo ese comentario hacía dudar de las acciones de Jungkook, pero es la verdad. ¿Por qué lo hizo? Ni siquiera se había tomado el tiempo de pensarlo bien cuando ya estaba frente a Tae, protegiéndolo y sintiendo cómo la botella se rompía en su antebrazo.

—Se ve que tienes un cuerpo débil, obviamente iba a hacer eso.

—No contestaste mi pregunta —giró un poco su cabeza para encontrarse a un Jungkook sentado en un taburete frente al piano, observando con dudas lasteclas expuestas.

—No es algo fácil de contestar —murmuró para si mismo—. ¿Acaso no estás agradecido? Te salvé la vida, Kim Taehyung.

—Nunca fui desagradecido contigo, solo quiero saber el porqué de esa acción. ¿De verdad querías protegerme o fue por impulso?

¿Quería protegerlo o solo fue por un simple impulso? Ahí estaba la cuestión del asunto. Porque si bien diría que fue por simple impulso, estaría en parte mintiéndose él mismo porque también era por querer protegerlo.

Oh rayos, esto comenzaba a hacerlo dudar de su propia existencia.

—¿Y si fuera por las dos? —preguntó evadiendo su mirada—. No sería imposible.

—No lo sería. No eres tan mal chico —enderezó su cuerpo para tomar su mochila y guardar los dibujos antes tocados. Ya sabría que hacer después con más claridad en su mente.

—Sentí que me acabaste de tratar como una mascota —Tae esbozó una pequeña sonrisa.

—Si quieres puedo tratarte como una.

Eso dejó estupefacto a Jungkook puesto a que pensaba que Taehyung no era esa clase de persona.

—Vaya, no eres tan santo como pensaba —sonrió ampliamente mostrando sus dientes de conejito.

Stay; KookTaeWhere stories live. Discover now