La tienda (2da parte Camila G!P)

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La palanca de manos no le quedo en la misma mano porque masajeaba el muslo de la ojiverde que no paraba de masajear rítmicamente su polla, que en el camino hizo frenar de golpe a la morena porque se había corrido allí, eso le pareció tan erótico pero tan erótico a la misma Lauren que siguió masajeando la polla dura que seguía dentro de los pantalones, nunca la defraudo cuando le conto la primera vez que podía aguantar con su polla erecta más que cualquier chico y de ello disfrutaba en cada sesión de sexo.

-¿Te excitara que te ate las bolas?- pregunto la ojiverde mientras pasaba sus labios por el cuello de la morena que tenía algo de sudor por lo ocurrido anterior -¿Te gustaría ser mi sumida?- pregunto y escucho un gruñido desde el fondo de la garganta de la chica que estaba más que segura que su volante tendría a forma de sus dedos –Si creo que si- dijo dándole una fuerte apretada a la punta de la verga más que erecta.

-Podrías dejarme un momento para poder respirar- comento cuando había frenado de golpe en su zona de estacionar.

-Bájate rápido que no sabes lo que te espera arriba- dijo quitando la mano y bajándose del auto dejando a la morena para que tomara una bocanada de aire fuertemente.

No se quejaba de Lauren, en nada en absoluto era la mujer más fantástica que podía existir, sabia amarla, quererla, mimarla, sabia cocinar y sobre todo podía complacerla en el sexo de la manera en que ninguna otra mujer logro hacerlo y estaba segura que fue eso la gota para completar el cuadro de la mujer perfecta en la vida, sin contar la ropa de cuero o negra pegada que usaba, esa es otra historia.

Con una bocanada de aire se bajó rápidamente del auto, sabía que la ojiverde ya debía de haber llegado porque la vio montarse en el ascensor del estacionamiento, camino a paso lento y entro en el ascensor que fue detenido por sus vecinas de enfrente que eran dos chicas estudiantes.

-Hola Camila- dijo alegremente que se le fue la sonrisa cuando vio a la morena respirando hondo y con una erección en sus pantalones.

-Uhh estas algo mal- comento la otra chica que entraba apuntando su problema.

-Ni que lo digas- dijo recostándose al espejo del ascensor y las chicas con una sonrisa sin apartar la vista subieron a su respectivo piso.

-Joder hasta que llegas- dijo la ojiverde que esperaba en el marco de la puerta. -Es tu llave a la que motiva a abrir- dijo apuntando sus su entrepierna mientras se mordía el labio inferior dejando ver sus perfectos dientes blancos y colocando roja a la morena.

-Laur- susurro en bajo la morena cuando estaba frente a ella, las chicas ni habían entrado querían ver que iban hacer y sí que se quedaron en shock.

Camila saco sus llaves y cuando las introdujo en la cerradura para dar vuelta y entrar, pego a la ojiverde a la pared y coloco sus manos a cada lado de la cabeza.

-Me tienes mal y me importa si me atas, te necesito y tú eres la única que puede hacer que todo esto dentro de mí baje o por el momento se calme- susurro algo pesado y un poco alto dejando boquiabierta a las dos chicas que intentaban abrir la puerta.

-Te lo hare tan lento y tan delicioso que rogaras porque te ponga dura en el auto de nuevo- fue la respuesta de la ojiverde que se dio la vuelta y abrió la puerta y metiendo a Camila luego de tomarla por la camisa y antes de cerrar la puerta le guiño el ojo a las chicas.

Tiro las llaves en algún lugar del departamento y tomando a la morena de la nuca se fundieron en un beso que era mucho más allá de lo necesitado y ansiado, sus lenguas se encontraron en la batalla por el dominio pero Camila siempre estaba tentada a que su mujer lo tuviera

One Shots Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora