Cuando estés lista (Camila G!P)

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-Karla Camila Cabello Estrabao ¿Aceptas como esposa a...- las palabras del sacerdote quedaron a medias cuando una chica ahogada entraba a la iglesia.

Todos los presentes se giraron causando que la mirada se alternara entre la chica y la mujer en el altar.

-Lo prometiste- dijo la mujer cerca de la puerta. Causando que Camila se girara por completo.

-Lo hice- susurro mirándola fijamente.


11 años antes.


-Camila ¿Puedes dejar de beber?- me reprendía la ojiverde a mi lado.

-Vamos Lauren, estoy cumpliendo mi mayoría de edad- le comente mientras la atraía hacia mí y le dejaba un beso en la coronilla. –Es lo que necesito ahora- susurre, vi su mirada que fue apartada por su novio.

Un chico llamado Alfonzo, la quería y demás cosas pero nadie lo haría como yo. Esa noche me dijo algunas que otras cosas.

La mañana siguiente la resaca era incontrolable y justo cuando me levante, gire mi mirada hacia mi ventana en donde se encontraba ella, éramos vecinas desde niñas, amigas de toda la vida, nos conocíamos nuestros secretos.

Nuestras miradas se encontraban y una sonrisa apareció en nuestros labios, como si de un chiste se trataba. Deje salir un poco mi cuerpo por la ventana para poder hablar con ella.

-Buen día, Cabello- comento con gracia.

-Buen día, Jáuregui- dije riéndome mientras le lazaba un beso que ella atajaba y lo guardaba en su corazón.

Aquellos gestos me mataban lentamente pero era algo que ella no debía saber.

Entre a la ducha, dejando caer por mi cuerpo toda el agua fría que podía, necesitaba bajar mis pensamientos, mi dolor de cabeza y mi miembro que se agito aún más cuando mire a Lauren por la ventana. Lauren lo supo desde niñas, así que ahora solamente era algo de lo que hablábamos poco.

Siento que alguien me toma de la mano y tira ligeramente de él, causando que mi cuerpo chocara en la primera pared de aquel cuarto de conserje –Me explicas que hacías besándote con la imbécil- escuche la voz agitada de Lauren, su mirada destellaba fuego y me enamoraba aún más.

-Tu estas con Alfonzo, me siento aparte cuando salimos, solo quería tener a alguien- le respondí con la mirada fija en ella.

La escuche respirar audiblemente mientras trataba de calmar su cuerpo de un temblor del cual no conocía el porqué.

Mis manos se acercaron a su rostro y lo alce ligeramente para que su mirada y la mía se encontraran. Sentí sus manos encima de las mías mientras mis pulgares hacían círculos en sus mejillas.

-Si en diez años, aun no has encontrado a nadie, prometo estar cerca, en cada momento- le susurre mientras pegue mí frente a la de ella.

Luego de aquella confesión sentí como dejaba un beso en mi mejilla y salía de aquel cuarto, había dejado una declaración y aun así ella decidió salir de aquel sitio. No sabía cómo hacer sentir mi corazón, así que solamente tome el auto y conduje a casa.

Ella no supo de mí en los próximos días, dado que no abrí la ventana, les dije a mis padres que no dejaran entrar a nadie y no asistí a clases durante ese tiempo.

Entonces un día mientras cenaba con mi padre, dada la ausencia de mi madre que estaba en casa de mis abuelos una conversación inundo mis oídos.

-¿Te gusta Lauren?- susurro mi padre mientas daba un bocado de aquella pasta con carne que había preparado.

Seria mentira si les dijese que tuve una de esas reacciones de atragantamiento, porque en mi caso fue todo lo contrario, estaba serena mirando a mi plato cuando solo asentí.

-Ella aun sale con ese chico ¿Cierto?- volvió a preguntar mi padre.

Alce ligeramente mi mirada y volví a darle la afirmación, mientras bajaba de nuevo mi mirada y tomar el ultimo bocado de la comida de esa noche.

-Sé que ella es lo único para ti- comento mientras tomaba ambos platos y los dejaba cerca de la cocina y antes de poder retirarme, sentir sus brazos rodearme.

Un abrazo de mi padre me embargaba y luego de una semana en silencio, mis lágrimas volvieron a brotar, me gire y apoye mi rostro en su cuello, dejando que todo lo malo que había vivido encerrada en mi habitación desapareciera en los brazos reconfortantes.

Luego de aquello, no volvimos a mencionar esa conversación pero por mi mente si pasaba una pregunta ¿Qué pasa si mi papá está en lo correcto, cuando él dice que ella es lo único? Sinceramente ni ganas de discutir tuve, porque el llevaba toda la razón.


Unos años después


-Camila ¿Quieres ser mi madrina de boda?- aquella pregunta fue la cosa más dura que podía existir, aun así me trague todo mis sentimientos nuevamente y acepte mientras la abrazaba.

Lauren había tomado la decisión de casarse con aquel chico llamado Fernando. Nunca me había encontrado en el mismo abismo, así que como ella armo su vida yo haría lo mismo, así fuera en contra de mis fuerzas.

Lo que me encontré el día de su boda fue la cosa contraria a lo que esperaba, ella lloraba mientras me rogaba que la sacara de allí, y como lo había pedido lo hice, desde ese día no volvimos a saber más de Fernando, pero aun así mi vida continuo.

Ella inicio en otra ciudad estando sola y yo volví a mi ciudad y seguí con aquella relación destructiva para mí, luego de que yo le preguntara a Lauren.

-Dime si estas lista y juro que cambiare mis planes- pero ella nunca respondió a aquello, así que tome mis cosas y seguí mi rumbo.

Unos años después ella me había llegado una carta a mi despacho en donde solo decía.

-Nunca dije nada, porque nunca quise arruinar tus planes-

Aquello me había matado, pero aún más el saber que ella ya no residía en aquella ciudad. Mis esperanzas se habían acabado a unos meses de boda.

Y ahora aquí estamos. Ella mirándome fijamente mientras veo sus mejillas llenas de lágrimas y escucho a mi corazón volver a latir como siempre debía ser.

Mis pasos eran lentos mientras veía como ella estaba estática en su lugar, acelere mis pasos sin importar los gritos de mi ahora ex mujer. Lo único que quería era llegar a donde Lauren y hacerle saber que mi amor aún seguía tan intacto.

-Cariño solo dime que estas lista- susurre con su frente pegaba a la mía –Es lo único que estoy esperando- continúe.

Sentir un beso en mi mejilla para luego escuchar sus palabras –Siempre lo estuve-

Nuestras miradas se encontraron para luego cerrar nuestros ojos y sentir aquel ansiado beso que toda nuestra vida nos habíamos negado.

Ni mi familia, ni la de Lauren saben ahora donde estamos, pero por ahora lo único que deseo es estar con la mujer que he amado desde hace más de diez años.



***Espero les guste y disculpen si existe algún error***

***Seguiré tomando de sus canciones para los siguientes O.S***

One Shots Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora