Mariposas negras +18 (Editando)

Cap. 31

Después de un largo viaje en tren junto a Hermione llegamos a la casa de los Weasley, fui a pasar las vacaciones de navidad junto a la familia de pelirrojos porque el trío de oro insistió en que los acompañara y la señora Molly me envió una carta de invitación, ya que de no ir con ellos me quedaría sola en Hogwarts sin mi abuelo el cual estaba de viaje a un lugar que ni siquiera sabía a donde era.

Al llegar los señores Weasley y los gemelos nos abrazaron y armaron una cena especial para recibirnos.

-Bueno niños, cuéntennos- Molly se dirigió a Her, Harry, Ron y yo -¿cómo estuvieron sus clases?

Los chicos hablaron sobre sus experiencias y yo me mantuve en silencio, no iba a contarle que lo que llevo del año se resumió en líos amorosos para tratar de sacar a Potter de mi mente.

-¡Hey t/n!- me llamo Granger en un susurro a mi lado -¿Por qué no hablas?

-Es que no tengo nada que decir, mi año no fue... tan interesante- sonreí a pesar de que mis palabras eran duras conmigo misma.

La cena continuo hasta que los adultos se fueron a dormir dejándonos a los jóvenes en la sala conversando.

-Creo que es hora de dormir señores- exclamo George levantándose de su asiento -son las 3am- su vista fija en el reloj de pared.

Yo estaba sentada en el sofá grande junto a la castaña y la pelirroja mientras los chicos estaban sentados en el suelo.

-¿Que tal si todos dormimos acá?- inquirió Fred con una sonrisa divertida -tenemos bolsas para dormir así que podemos buscarlas y hacer una pijamada.
Todos dudamos pero terminamos aceptando.

Los gemelos fueron a buscar las dichosas bolsas para dormir y nos quedamos esperando.

-Ojalá pueda compartir bolsa con Harry- hablaba la pelirroja a mi lado muy contenta, algo dentro de mi se revolvió entre enojo, incomodidad y tristeza, Ginny dirigió su mirada hacia mí después de hacer tal comentario y yo me limité a sonreírle.

-Bueno no hay que adelantarnos- exclamo Hermione algo incomoda -hay que ver cómo los chicos deciden ubicarnos.

Me levante del lugar sin decir nada, prefería quedarme callada a hacer algún comentario mal humorado o hipócritamente bueno, me dirigí al baño y me encerré por un rato ahí.

Silencio, disfrutaba de él estando sola ahí. A Ginny le gustaba Harry, era un hecho y yo no sabía cómo reaccionar ante eso, no podía enojarme porque ella no tenía culpa de sentir cosas por él pero tampoco me podía alegrar ya que yo sentía lo mismo y tal vez con aún más intensidad.

Tome un suspiro y salí de ahí, al cerrar la puerta detrás de mi levante mi vista y me conseguí con la mirada Harry. Él estaba recostado a una pared de brazos cruzados con una pijama a juego negra, pantalones anchos y sudadera grande que lo cubría del frío.

-¿Te pasó algo?- pregunto el, ¿cómo diablos sabía que algo me pasó?

-No me pasa- me interrumpió

-Te conozco mejor de lo que tú misma te conoces- levante una ceja y con la mirada le pregunté ¿por qué lo dices? -Te levantaste incomoda del sofá y le diste una sonrisa bastante hipócrita a las chicas.

Me sorprendió su buena percepción pero no lo demostré, me mantuve firme y crucé mis brazos recostándome de la puerta.

-Hablaron sobre algo que no me agradaba mucho.

-¿De que?- inquirió curioso.

-No es de tu incumbencia Potter.

Después de lo de la última vez, donde me ayudo con Terence nuestra relación se había resumido en la de un par de amigos, pero nunca faltaban las sonrisitas, las bromas llenas de sarcasmo y las miraditas accidentalmente cruzadas.