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-¿Por qué no?- preguntó Masaki cruzado de brazos.

El subordinado de la Port Mafia frente a él no sabía que hacer.

-No puedo pilotar un avión para sacarlos del país, ni siquiera sé por qué quieren que haga eso...

-Ya nos cansamos de estar aquí, queremos irnos.- dijo Satoko.

-Pero el jefe...

-Yo seré tu jefe en unos años.- dijo Masaki.- Y preferiría recordarte como un subordinado que me ayudó cuando se lo pedí, y no como un subordinado al que quisiera despedir. Y ya sabes que dejar la Port Mafia no es fácil.

El subordinado no sabía que hacer, estaba en un dilema.

-Si nuestro padre pregunta,- dijo Satoko.- le diremos que te obligamos. Prometemos que no te meteremos en problemas.

El subordinado no contestó, era una oferta agradable, considerando la situación en la que se encontraba ahora.

-Bien.- dijo Masaki.- No hay tiempo, vamos ahora, te estamos obligando a hacer esto, así que no tienes la culpa.

El subordinado asintió y después los dejó subir al avión.

-El jefe se dará cuenta de qué nos hemos ido, y comenzarán a buscarlos en todo el país, así que... ¿tienen idea de a dónde quieren ir?

-Rusia.- dijo Masaki.

-No.- dijo Satoko.- Alexei es de Rusia. Papá nos buscará allá.

-Nuestros padres no pueden entrar a Rusia.- dijo Masaki.- Se metieron en problemas hace unos años.

-Entonces... pues vayamos a Rusia.- dijo Satoko.- Al menos tardarán en encontrarnos.

-¿Y cómo entraremos al país y...?- comenzó a preguntar Yuki.

-Tú déjamelo todo a mí.- dijo Masaki.

(•••)

Fumiya había estado encerrado en el baño de su habitación por casi una hora.

Akechi estaba junto a él, ambos sentados en el suelo.

-¿Cómo te sientes?- le preguntó Akechi mientras limpiaba con un poco de papel las comisuras de los labios de Fumiya.

-Me siento extraño. Sé que sigo borracho, pero sigo vomitando y...

Fumiya se inclinó sobre el inodoro para vomitar de nuevo, mientras Akechi acariciaba su espalda.

-Odio vomitar.- dijo Fumiya.- Realmente lo odio, es asqueroso.

Fumiya se enderezó, y Akechi tomó una toalla húmeda para comenzar a limpiar todo el rostro de Fumiya.

-Bueno, es algo que le pasa a cualquiera.

Fumiya cerró los ojos y comenzó a llorar. Akechi dejó de limpiar al notar las lágrimas.

-¿Qué sucede?- preguntó, mientras acariciaba el rostro de Fumiya.

-No quería que me vieras así...

-¿Vomitando?

-Sí, es asqueroso. Tampoco quería que me vieras borracho.

-Fumiya, te he visto más borracho. Y sobre vomitar... no te preocupes, estoy contigo sin importar la situación.

Akechi limpió las lágrimas de Fumiya y luego le dio un par de besos. Uno en cada mejilla.

Fumiya se ruborizó y después abrió los ojos.

Regalame Flores (2 parte) [Omegaverse] Soukoku / Shin soukokuWhere stories live. Discover now