Regalame Flores (2 parte) [Omegaverse] Soukoku / Shin soukoku

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Había pasado una semana. Alexei había conseguido meter a sus amigos a uno de los hoteles de su familia y habían estado "escondiéndose" ahí. Aunque en realidad parecía que se divertían.

-¡Adoro Rusia!- dijo Arthur apareciendo en el piso que compartían todos.

Yuki iba con él y estaba sacudiendo un poco de nieve que el pequeño todavía tenía en el cabello.

-Me alegra que te guste Rusia.- dijo Alexei. Había estado todo el día encerrado leyendo las noticias sobre su búsqueda.

-No.- dijo Arthur.- No solo me gusta, dije que adoro Rusia.

-Entonces me alegra que adores Rusia.- dijo Alexei y Arthur sonrió satisfecho.

-¿Dónde está Satoko?- preguntó el pequeño.- Quiero que me lleve por dulces. Yuki me dijo que si volvíamos al hotel me dejaría comer dulces.

-Salió con Masaki. Volverán pronto.

-¿Y Thomas? Aparte de ti es el único que sabe hablar ruso. Él también puede llevarme por unos dulces.

-Está durmiendo, dice que no pudo dormir después de las historias de terror que le contaste anoche.

-No daban miedo.- dijo Yuki.

Arthur lo miró molesto y Yuki rápidamente cambió de opinión.

-Es decir, para alguien valiente como tú no le darían miedo. Pero para nosotros los cobardes sí.

-No sólo soy valiente.- dijo Arthur.- También soy muy inteligente y mis historias son las mejores.

-Tienes toda la razón.- dijo Yuki.- Ahora ven aquí, necesitas cambiarte y tomar un baño caliente.

-¡No me bañaré si Masaki no está!- dijo Arthur corriendo a esconderse detrás de Alexei.- Él le pone muchas burbujas al agua de la tina, y también me deja quedarme todo el tiempo que quiera, y me deja lanzarle agua y...

-Está bien, está bien.- dijo Alexei.- ¿Qué tal si yo hago todo eso en lugar de Masaki?

-No...- dijo Arthur agachando la mirada.- Es que... tú luces triste últimamente y...

-Lo entiendo.- dijo Alexei.- Lo siento, trataré de sonreír más, ¿sí?

-No, no se trata de eso.- dijo Arthur y después miró a Alexei a los ojos.- Se trata de que seas feliz de verdad.

Alexei se sorprendió al principio, pero después le sonrió al menor.

-Lo seré, lo prometo. Ahora... ¿qué tal si yo te llevo por dulces?

-¡Sí!

(•••)

Masaki y Satoko estaban en la recepción del hotel. Trataban de encontrar a algún japonés o americano sospechoso que llegara al hotel, y asegurarse de que no era alguien que sus padres enviaron para buscarlos.

-¿Qué opinas del hombre que acaba de entrar?- preguntó Masaki mientras fingía leer un periódico.

-Es atractivo, pero probablemente sea mayor que nuestros padres. No es mi tipo.

Masaki bajó el periódico con fuerza y miró a su hermana molesto.

-¿No puedes tomarte esto en serio?

-Llevamos días haciendo lo mismo y ninguno de nuestros sospechosos ha resultado ser alguien malo.

-Pero hoy podría aparecer uno.

-O muy probablemente no.- contestó Satoko.

Masaki siguió mirando al hombre, quien ahora se estaba registrando.