Regalame Flores (2 parte) [Omegaverse] Soukoku / Shin soukoku

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-Señor Nakajima, ¿puede venir acá?

-No.- dijo Atsushi.- No quiero.

El doctor miró a Akutagawa.

-Señor, ¿podría decirle a su esposo que lo suelte?

-No puedo.- dijo Akutagawa. Atsushi estaba sentado en sus piernas y lo abrazaba.- No va a querer soltarme.

El doctor suspiró frustrado.

-Necesito hacerle una revisión para saber si puede irse y...

Akutagawa tomó con delicadeza el brazo de Atsushi y lo levantó.

-Esto es todo lo que puede revisar, doctor.

El doctor simplemente cerró los ojos.

-Bien, Atsushi se ve mejor que hace un momento, solo... quédense un tiempo más, antes de viajar de vuelta a su hogar.

-Claro.- dijo Atsushi.- No nos iremos aún. Pero... ¿ya puedo ver a mis hijos?

-Creo que sería lo mejor.

El doctor salió y poco después entraron todos los demás. Se supone que solo debían entrar Yayoi y Takashi, pero todos querían ver a Atsushi.

-¡Mamá!- dijeron sus hijos. Corrieron hacia él para abrazarlo, junto a Akutagawa, aunque Yayoi solo se quedó parada frente a ellos.

-Mis hermosos hijos, estoy tan feliz de verlos a ambos.- miró a su hija.- Yayoi, ¿qué pasa?

-Bueno,- dijo nerviosa.- yo... dije que era tu culpa, y... mi cabello... te dije cosas feas, así que...

-Está bien.- dijo Atsushi sonriéndole.- Eres mi hija y estoy orgulloso de lo que hiciste. Siempre he admirado tu valentía, no te preocupes. Y sobre tu cabello... creo que es hermoso, se parece al de tu padre y eso también me gusta.

Yayoi estaba a punto de llorar, pero solo se acercó a abrazar a su familia.

-Lo siento, nunca te vuelvas a ir.

-Nunca.- dijo Atsushi.

Dazai y Chuuya aprovecharon el momento para tomar algunas fotos. Todo les parecía tierno.

-Bien, es suficiente.- dijo Ranpo.- Ahora, tú,- dijo señalando a Akutagawa.- quiero hablar contigo.

-¿Sobre qué?- preguntó Akutagawa confundido.

-Sal.

Akutagawa obedeció y salió de la habitación, seguido de Ranpo.

-Papá,- dijo Arthur viendo a Poe.- lo va a regañar, ¿verdad?

-S-sí...

-Así es él.- dijo Akechi cargando a su hermano.- Así que tú no te metas en problemas.

-¡A mí nunca me ha regañado!

El niño sonreía mientras Akechi reía por su comentario.

Fumiya miró a su amigo y a su familia, y recordó algo importante.