** Capítulo 14**

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  Eugenia vio a sus amigas, esperando que el impacto de su compromiso les permitiera hablar, y pronto. Ambas mujeres la miraron con la boca abierta y los ojos muy abiertos.

  —Digan algo, ¿quieren? Saben que  me importa mucho saber su opinión.
Cecilia habló con el puño en la boca, parpadeando por su estupor. —¿Te vas a casar con el marqués Wellingham? ¿Cuándo empezó a cortejarte en serio?

—Más importante, —dijo Megan, con la boca aún abierta. ¡¿En que momento su interés llegó más allá del coqueteo inocente a una oferta de matrimonio?!

Eugenia extendió las manos pidiendo calma. —Ha sido un torbellino, lo sé. Mi hermano ni siquiera ha sido informado, pero creo que Andrew y yo nos entendemos bien. Es divertido, atento, dulce y se preocupa por mí—. Quería continuar y decirles a sus amigos que sus besos eran devastadores y le hacían encoger los dedos de los pies, como en alguna ocasión había dicho Megan, pero no lo hizo. Algunas cosas las quería guardar solo para ellos, su propio dulce secreto. —Me gusta, y ahora sé que creció en Escocia en la finca de su madre, por lo que comprende el país y nuestra forma de vida aquí.

  —Es inglés. ¿Qué piensas, que dirá tu hermano? —Preguntó Megan, sentándose en su silla, cruzando las piernas debajo de ella.

—Graham se casó con una mujer inglesa. Sería el menos adecuado para fijarse en esas tonterías. Además, no creo que le importe, siempre anda diciendo que ya es tiempo de que encuentre un marido.

  Cecilia se echó a reír, un tintineo que tenía un toque de sarcasmo. —Oh, le importará, créeme—. Aunque  Megan y yo disfrutamos de bailar y coquetear con uno que otro  inglés en bailes y fiestas, no es ningún secreto que nuestra familia preferirían un escocés para nuestros maridos. Tu hermano puede haberse casado con una Sassenach, pero eso no quiere decir que le gustaría que te cases con un inglés. Tu hermano no será diferente, es más, posiblemente  provoques que su corazón deje de funcionar a sus cortos treinta años con la noticia.

Eugenia se mordió el labio, preocupándose realmente de su decisión. ¿Le desagradaría a Graham su elección? No le gustaba la idea de que su hermano estuviera en contra de su matrimonio. Quería que Graham y Andrew aparte de ser cuñados se hicieran amigos, como lo era Grace para ella que la consideraba una hermana. Para compartir la infancia de sus hijos, pasar la Navidad juntos y las temporadas de la sociedad, tanto aquí como en Inglaterra.

—No lo creo. Graham estará feliz por mí y por mi elección. No causará ninguna dificultad, estoy segura. —Aseveró Eugenia, aunque en el fondo ella sabía que era muy cierto lo que había dicho Cecilia.

Megan arqueó la ceja. —¿Cuándo crees que le dirás a tu hermano sobre tu inminente matrimonio?

  Eugenia frunció el ceño, sin saber cuándo sucedería eso. —Quisiera decirle ya, pero en este momento está preocupado en casa. Grace está embarazada nuevamente, y al parecer hay  complicaciones esta vez. No quiero que se apresure a venir a Edimburgo para aprobar mi matrimonio. Preferiría viajar a casa y avisarle en unas pocas semanas.  «Aunque la idea de llegar a casa ya casados también era tentadora. Su hermano no podía desaprobar entonces a su inglés».

  No es que ella esperara que a Graham no le agradara Andrew. Inglés o no, no había nada de malo en su elección. Tenía título, era rico, dulce y amable. ¿Qué había en él que pudiera desagradarle?

  —Oh, querida mía, ¿por qué no nos hablaste de Grace? Ambas esperamos lo mejor para ella.

  Eugenia sonrió a sus amigas. —Gracias por sus amables pensamientos. Su hermano Steve y su esposa, han llegado a Moy para ayudarle en lo que puedan, y yo debo regresar a casa al final de la temporada antes de que nazca el niño o niña.

  —¿Qué piensa Lord Wellingham de posponer que le digas a tu hermano? —Preguntó Cecilia, mirándola con atención y un poco de aprensión.

  La expresión del rostro de su amiga hizo que Eugenia eligiera sus palabras con cuidado. ¿Cómo le dices a tus amigas que quieres un compromiso casi secreto? Que realmente te aterroriza la reacción de tu hermano y su sentido sobreprotector.  Quería a Andrew solo para ella; para darles tiempo de disfrutar más de la temporada, solo ellos dos, antes de que la locura de un compromiso enviara desde Edimburgo a Moy una ráfaga de rumores y arrastrara a su familia junto con ella.

—Él está feliz de cumplir con mis deseos. Eugenia pegó una sonrisa al decirlo para que fuera más creíble.

Se tragó el pánico que amenazaba con hacerla devolver su desayuno. —Espero que ambas estén felices por mí. A pesar de que la situación se ha desarrollado rápidamente, estoy feliz con mi elección. Creo que con más tiempo podría enamorarme de mi esposo.

Cecilia sonrió de una manera extraña, algo más parecido a una mueca, Eugenia no entendía el porqué la sonrisa no le llegaba a los ojos, aún así su amiga se puso de pie y la levantó para darle un fuerte abrazo.

—Estamos felices por ti, Ginnie, Lord Wellingham es un hombre encantador, y si ha capturado tu corazón o está en camino de hacerlo, ¿cómo no podríamos amarlo a su vez?

Se le llenaron los ojos de lágrimas de la emoción y le devolvió el abrazo a su amiga, riendo,  Megan también se levantó y se unió a su muestra de afecto.

—Sabes lo que esto requiere, —dijo Megan, sin dejar ir a ninguno de los dos. Tenemos que ir de compras para tu noche de bodas. Se requiere un camisón precioso para estos ingleses con perfil perfecto, como el que tiene Lord Wellingham. Tienes que sacudirle las medias cuando te vea por primera vez solo en un dormitorio.
  Las mariposas volaron en su estómago ante la idea de estar a solas con Andrew de esa manera. Supuso que eso sucedería pronto y que se necesitaría un nuevo guardarropa. Como nueva esposa de un marqués, tenía que lucir lo mejor posible. Había esperado años para casarse y poder usar lo que quisiera. Colores intensos y oscuros que se adaptaban a su pelo rojo y piel pálida.




Aquí las preguntas importantes son:
•¿Se entera su hermano o no?
•¿A que se debe el comportamiento extraño de Cecilia?
•¿Será que le gusta Wellingham y lo quería para ella?

Nos leemos mañana nuevamente, creo yo. No olvides seguirme en mis redes.

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Las Mentiras del MarquésUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum