011. La guerra de los gladiadores.

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Los eventos deportivos en la preparatoria de héroes eran —por mucho— la cosa más extravagante que Midoriya Izuku haya presenciado en diecisiete años de existencia. Jóvenes con problemas la ira desquitándose con los estudiantes que no fueron bendecidos con habilidades extraordinarias por aquí, personas en las gradas apostando por quién sería el último retador de pie por allá y padres de familia amenazando a sus herederos con utilizar sus peculiaridades sin piedad por cualquier lado. Una situación bastante entretenida ante los ojos mortales.

Siendo la atracción principal del espectáculo, el salón 1 – A se encontraban descansando en un área diseñada y seleccionada especialmente para satisfacer sus necesidades. Cada uno de ellos buscaba la forma de mantener su mente ocupada y bajar la tensión que ha inundado el ambiente los últimos quince minutos, a excepción de Mineta, quien no deja de reprocharle a Izuku su falta de obligación al tentar suerte y poner a toda la comunidad académica en contra de ellos; Porque una cosa es darlo todo en una declaración de guerra y otra muy, muy distinta es delegar las responsabilidades a tus compañeros de clase. Al mayor no le interesa en lo más mínimo lo que un enano pervertido tenga para decirle.

Pasando por alto los reclamos, Midoriya se dirige hasta el refrigerador, toma una lata de su refresco favorito y sube los pies sobre la mesa de centro antes de colocarse los auriculares. Falta mucho para dar inicio a la celebración de cualquier manera. Jugar Among Us con Shindō, Koemi, Reiko y Shinjū a través de llamada mientras espera su llamado es lo mejor que puede hacer en un momento como este.

Los estudiantes solo le miran desilusionados. No es un secreto para nadie que Midoriya decidió retroceder sus palabras días antes de comenzar el festival deportivo, alegando que no quería ser apaleado por un montón de jóvenes resentidos con la vida o convertirse en la atracción principal del show de fenómenos. Nunca esperan nada bueno venir de un charlatán, pero Midoriya Senpai siempre encuentra la forma de mandar los estándares que tienen sobre él directamente al infierno.

Una vez más, han caído en promesas vacías.

—¿En dónde demonios encontraste el cuerpo, pulga bastarda? —le pregunta el rizado a Koemi, el más pequeño del grupo en cuestión altura. Escucha la risa escandalosa de su duplicado del otro lado de la línea, pero no reacciona, simplemente vota por el primer nombre que apareció en su pantalla.

Quien sea que fuera, que vaya con Dios.

—Cerca del escáner. No sé cómo se llama esa cosa, pero entramos al cuarto desde un pasillo a la izquierda.

—Qué causalidad, ¿no? Aparece un cuerpo cerca de ti, pero no reportas.

—No necesito más argumentos. Fue Koemi —dice Reiko, acercando un bowl de palomitas hasta ella y cambiando el canal de televisión al sitio donde transmitirían el Festival Deportivo de U.A. con máxima calidad.

Los cuatro chicos se reunieron en el departamento de la fémina para apoyar a su amigo, sabiendo perfectamente sus intenciones al morderse la lengua y esconder la cola entre las patas. Si bien Izuku era un cobarde por excelencia, sabía cómo equilibrar la balanza. No era la clase de persona con las cuales les gustaría tener una rivalidad de años, mucho menos cuando tiene un objetivo de por medio.

—¿Por qué yo? Tengo el presentimiento de que haz sido tú, prototipo asiático de Regina George —exclama Koemi. Se para sobre el sofá y apunta a la chica de cabello corto, quien se encontraba recostada entre los brazos del pelinegro mientras el último de los integrantes configuraba la televisión para grabar el primer gran logro de su líder.

—Me hubiera dado cuenta si mi tripulante matara a otro, animal.

—¡Chicos, creo que han perdido de vista al verdadero enemigo! —se entromete Shindō. El tiempo de votación estaba por llegar al límite y el resto de jugadores que han entrado a su sala decidieron votar inmediatamente después de comenzar el conteo. — Midoriya Izuku. El cabeza de brócoli hervido ha desviado el camino hasta mi bro, pero, ¿quién nos asegura que no le disparó a Shinjū para culpabilizar a otro?

𝐈𝐋𝐄𝐆𝐈́𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐄𝐃𝐄𝐑𝐎 ───── DEKUKATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora