031. La determinación de un hermano.

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Deku se removía incómodo entre las sábanas grises que adornan su recámara. Hace meses que no pasaba una noche sin compañía, y ahora que lo hace, piensa que descansar es una de las sensaciones más silenciosas que pueden existir. Suelta un suspiro antes de quedarse quieto mientras sus manos descansan debajo de la nuca. No recuerda que dormir fuera tan... solitario y doloroso. Parece una emoción desconocida. Ahora que Bakugōu salió de su vida para buscar un futuro que no fuera manipulado por Midoriya Uzaki, solo puede mirar las molduras del techo esperando que sea suficiente para caer sobre los brazos de Morfeo.

Por un instante, el dolor es insoportable; y una lágrima resbala por su mejilla hasta humedecer la tela. Busca refugio en las memorias que una chica problemática y su compañero de travesuras modificaron para verificar los párrafos de su mensaje, pero cada imagen conlleva una carga emocional inimaginable. El amor de Katsuki fue artificial, pero el suyo no. Él sí estaba enamorado, tanto que sostendría una granada y lucharía contra un ejército de villanos solamente para tenerlo a salvo de cualquier futuro trágico... y ahora tiene que pagar las consecuencias de un destino que no pidió. Hizo tantas cosas absurdas para enamorarlo sin saber que Kacchan estaba programado para corresponderle.

Se dirige hasta las duchas compartidas sin ánimos de seguir. Abrió el grifo y lanzó agua fría contra su rostro, aterrizando en el mundo real. Eran las dos de la mañana y sus aliados de clase estaban lo suficientemente molestos con él por romper el frágil corazón de Bakugōu Katsuki como para preocuparse de sus pesadillas recurrentes. Con ambas manos sobre el lavabo, Izuku miró su reflejo.

¿Por qué la voz de su hermana lo seguía atormentando? ¿Esto era un efecto colateral de saber la verdad sobre su vida o simplemente estaba volviéndose loco? Cuando piensa que no tiene sentido darle vueltas al asunto, regresa hasta la pieza en pasos silenciosos. Y cerca de las tres, cayó profundamente dormido.

Tu expresión me dice que finalmente leíste la carta —y lo hizo sin saber que alguien lo visitaría entre sueños. Esta vez no se encontraban en la cocina de su departamento o parados sobre la nada misma, sino dentro del salón 2 – A.

Uzaki no le mostraba el rostro por miedo al reclamo. Simplemente recargaba su peso contra los ventanales que ofrecían una vista del atardecer en Ciudad Musutafu mientras Izuku, quien portaba el uniforme oficial del colegio, le miraba sin locución. No hay motivos para emocionarse cuando descubrió la falla en sus días.

—¿La carta donde revelaste ser la verdadera villana de mi vida? Sí, lo hice.

Todos somos el malo alguna vez —declaró sin la pizca de benevolencia que tanto caracterizaba su voz. Ante la reacción expectante del menor, gira su cuerpo, mostrándose como una chica de dieciséis años completamente sana. — Si tengo que recurrir a medidas extraordinarias para proteger a las personas que amo, adelante. Haré lo que sea necesario para tenerte con vida.

No tenías derecho a tomar esa decisión por mí.

Eres mi hermano. Y nada de lo que digas podrá borrar mi sacrificio —Uzaki vaga a través del salón oscuro mientras pequeñas flores del infierno, pertenecientes a la familia de las amarilidáceas, marcan su camino al más allá.

Se detiene cuando la mano dominante del sucesor sostiene su brazo.

¿Qué te impide aceptar mi regalo, Izuku? —preguntó sin miedo. Lentamente, Uzaki alza la mirada, encontrándose un par de ojos esmeralda que no se permitieron ser débiles cuando la situación lo requería. — Si supiera que no puedes cumplir la misión, ¿crees que hubiera realizado el intercambio equivalente? La sociedad necesita un héroe que piense en el bien común.

𝐈𝐋𝐄𝐆𝐈́𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐄𝐃𝐄𝐑𝐎 ───── DEKUKATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora