020. ¡Larga vida al rey!

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—¡Aspirante a héroe, Midoriya Izuku, no tienes permiso para poner un pie sobre el campo de batalla! —gritaba Tsukauchi a través del parlante que Izuku recogió de las cenizas, eufórico y probablemente asustado por las demandas en su contra si los Altos Mandos vieran la situación. Solo un estudiando fallecido era peor que un estudiante secuestrado. — ¡Repito, no tienes permiso para poner un pie sobre el campo de batalla! ¡Tendrás grandes problemas si desobedeces mis órdenes!

     Las órdenes de un hombre no valen cuando no puede cumplir su palabra. Con estos pensamientos nublando la parte racional de su cabeza, Midoriya sostiene la mano temblorosa de Katsuki antes de volverse un obstáculo que divida ambas organizaciones, tan posesivo y enigmático como solo él podía en momentos de tensión absoluta. No dice nada. No hace nada. Pero el semblante en su rostro es suficiente para saber lo que razona: "Sin importar lo que pase, voy a rescatarte. Es el momento de pelear. Te prometo que, a partir de ahora, no voy a dudar".

     Lo siente deslizar cuatro dedos hasta la muñeca mientras All For One mancha el nombre de los héroes profesionales caídos, causándole escalofríos cuando el pulgar invasor cosquillea sobre la palma de su mano izquierda y se detiene para presionar delicadamente la vena del amor, conocida por ser la línea que transporta sangre desde la periferia corporal hasta el corazón de manera directa. Debería ser ilegal que una caricia lo reconfortara tanto. Los segundos pasan y no la retira, solo esquiva el contacto visual con el resto de villanos para enfocarse en armar un plan que comprara el tiempo; de esa manera, pueden tener a los refuerzos evacuando civiles que corrían despavoridos por las calles de Ciudad Musutafu, proteger a sus compañeros inmóviles tras una ventana rota y conseguir una persona competente que trasladara al amor de su vida lejos de las problemáticas generacionales. Realmente lucía como alguien que sacrificaría todo por sus semejantes.

—Estoy haciéndole frente a los villanos más temidos del país. No hay un problema más grande que este, señor detective —responde Midoriya sorprendiendo a los presentes. Una cosa es evitar lo que pudo ser una catástrofe y otra muy, muy diferente es iniciar otra.

     Katsuki le dedica una reacción que rozaba lo asombrado. Primero, lo declara su pareja frente al mismísimo hijo del diablo. Luego, arma una revolución solamente porque los chicos malos decidieron jugar con el destino de la humanidad y llevárselo lejos de casa. Eso aceleraría el ritmo cardiaco de cualquiera.

     Entre recuerdos complacientes y semblantes agitados sobreponiéndose a la luz del satélite natural, Deku aprieta su mano. Entonces, cada una de las palabras ambiciosas embonan perfectamente, como si la última pieza del rompecabezas fuera colocada en bandeja de plata por su decimoséptimo aniversario.

     Izuku no aferra su agarre porque piense pueda perderlo a manos de All For One y su circo de fenómenos, sino porque desea calmarlo, hacerle creer que todo estaría bien porque lo ha encontrado y lo llevaría de regreso al lugar del que nunca debió salir con sus padres, amigos y profesores. Una vez más, se preocupaba por la estabilidad emocional del rubio. No quería hacerlo vivir un sufrimiento que desgarraría el alma de cualquier. De manera inmediata, su estómago se transforma en un alboroto de mariposas encantadas.

      ¿Cómo no pudo notarlo antes? Le gusta. Al maldito Bakugōu Katsuki le gusta tanto, tanto, que se atrevería a llamarlo enamoramiento.

—¡Regresa de inmediato!

—Deberías hacerle caso a tu superior, niño —se entromete el hombre en vestimenta formal haciendo un ademán.

—¿También puedes escuchar conversaciones ajenas?

—Es uno de mis talentos.

—Que montón de basura —lamenta el noveno portador. Alzando la mano derecha en dirección del auricular, presiona uno de los botones centrales antes de soltar una instrucción que puede sepultar su vida académica.

𝐈𝐋𝐄𝐆𝐈́𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐄𝐃𝐄𝐑𝐎 ───── DEKUKATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora