025. ¡Tenemos talento y vamos a demostrarlo!

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Escenas para mayores de edad. Leer bajo su consentimiento.

     Cuando Izuku lo miró caminar por los pasillos de las instalaciones entablando conversación con sus mejores amigos sobre la razón de su molestia en otro día monótono como aspirante a héroe profesional, le tomó tres segundos para caer completa y absolutamente enamorado. Años de tortura psicológica lo hicieron creer que moriría solo, ahogándose en su propia miseria y recordando que no tuvo misericordia con las personas que dieron lo mejor de sí mismas para convertirse en familia como un castigo divino por no responder esa maldita llamada telefónica un miércoles quince de septiembre a las dos de la tarde. Negarle una despedida formal a su hermana mayor se volvería un grillete que cargaría por el resto la vida, condenándolo a cargar con la responsabilidad de proteger Ciudad Musutafu mientras los hombres y mujeres que protagonizaron sus días tempestuosos se movían como agua entre las manos. Eran libres y felices. Eran ellos mismos. Si supieran la cantidad de pecados capitales que recaen sobre los hombros de Midoriya Izuku, ¿pensarían que tiene el derecho a ser feliz justo ahora? ¿Aceptarían que sus labios devoren el cuello de Bakugōu Katsuki mientras delinea su bonito cuerpo entre canciones de Maroon 5 y luces led rojas?

     Nadie con tres dedos de frente pensaría que un adolescente problemático tratando de volver a casa sería portador de una peculiaridad lo suficientemente fuerte para detener a los delincuentes juveniles que atormentan la generación actual de héroes profesionales, mucho menos que fuera digno de tener una relación afectuosa con el candidato estrella de la clase A, porque los débiles únicamente obtienen reconocimiento en las películas de acción o libros de fantasía. Era un estudiante de catorce años cuando le hicieron pensar que los chicos solitarios no merecían amor verdadero y los cobardes no lograrían tallar sus nombres en la historia de la humanidad por estar demasiado ocupados mojando sus pantalones del terror que los consume, sin embargo, Izuku estaba dispuesto a soportar todo ese dolor para demostrar que era ese uno en un millón.

     Tener una cita en el centro comercial era bueno, pero protagonizar una sesión de besos y caricias con Bakugōu Katsuki sentado sobre su máximo orgullo masculino puede considerarse maravilla del mundo.

     Era tan intoxicante y erótico como solo el Dios de las Explosiones Asesinas podía serlo, fragmentando su límite. El aroma del presemen mojando la parte delantera de su ropa interior no podía ser ignorado, así como los pequeños hilos de saliva que mantenían la conexión de ambas bocas cuando necesitaban aire o los ruidos obscenos del menor al ser tocado en los pezones. Realmente cruzar la línea imaginaria que trazaron cuando Katsuki afirmó que no le permitiría ponerle una mano encima hasta tener los resultados de una prueba de enfermedades sexuales, sin embargo, está demasiado ocupado tratando de entender lo que sucede para pensar en sus palabras. Casi sin notarlo, su pene despertó como una víctima de las provocaciones, causando que Katsuki abriera los ojos de golpe. Es grande, caliente y puede jurar que necesitaría un año sabático para recuperar la movilidad, pero detenerse no podía ser opción cuando su cerebro produce más serotonina que obtener la victoria en los Eventos Deportivos de primer año.

—¿Te agrada esta posición? —inquiere Deku al separarse para respirar un poco. Se ha quitado los pantalones y camisa del pijama, permitiéndole a su novio permanecer con la prenda superior por la vergüenza de tener su primera relación sexual. — Si piensas que vamos demasiado rápido, no te hagas el orgulloso y dímelo. Me aseguraré de no presionarte.

—No digas cosas tiernas cuando estás a punto de meter tu pene en mi trasero —expresa el rubio sonrojándose. Tratando de ocultar los resultados de un coqueteo antes del mantener relaciones sexuales, enrolla sus brazos en el cuello de Midoriya y desliza su trasero hacia delante de forma inocente, arrancándole una expresión demasiado deliciosa para no escucharla dos veces.

𝐈𝐋𝐄𝐆𝐈́𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐄𝐃𝐄𝐑𝐎 ───── DEKUKATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora