001. El arte del buen héroe profesional.

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     La noticia del adolescente más problemático y atractivo manifestando una singularidad se esparció como pólvora en la Preparatoria Keiō, especialmente por la fama de mu kosei que los pretendientes rechazados, enemigos de nombre y compañeros que no toleraban su sola presencia en el mundo se habían encargado de otorgarle a Midoriya Izuku durante los últimos tres años. Era como la segunda llegada del Salvador o una pelea entre amantes por infidelidad en el salón de clases: energético y catastrófico.

Podía sentirse la euforia en cada milímetro del corredor principal, fragmentando el público en dos partes: los que fingían no estar interesados en los extraños acontecimientos que giran en torno al Secretario del Consejo Estudiantil y los que intercambiaban mensajes de texto con cualquier estudiante en grados superiores o inferiores, cuestionándolos si tenían conocimientos al respecto y exigiéndoles una declaración. Era prácticamente imposible no ser picado por el gusanito de la curiosidad cuando se trataba de Izuku. Su carismática sonrisa, atrayente personalidad y habilidad innata para los deportes lo habían transformado en una verdadera celebridad; ni siquiera el cuerpo académico podía ignorar la presencia del saikō no hero en la oficina del rector, junto a Midoriya Inko, el noveno heredero del OFA y un puñado de papeles importantes, pidiendo una transferencia de carácter inmediato para este último.

     Ajá, como lo leyeron. Toshinori Yagui no fue lo suficientemente paciente para permitir que Deku finalizara el semestre —o por lo menos la semana— de clases para trasladarlo de institución educativa. Cosa que no le hizo nada de gracia al rizado.

Se negó, pataleó e inclusive amenazó con lanzarse por la ventana del séptimo piso si su progenitora se atrevía a firmar el penúltimo documento que daba por hecho su intercambio a la escuela más famosa del país, sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, y el plan de All Might para adoctrinarlo en "El arte del buen héroe profesional" seguía en pie.

    ¿En qué momento sucedió? ¿Por qué discutieron una decisión tan importante sin tomar en cuenta su opinión? ¿Cómo es que su madre, la persona más empática y racional que ha conocido en sus diecisiete años de vida, fue tan débil para dejarse embaucar en las palabrerías de un sujeto que está a dos centímetros de usar la ropa interior por fuera? Solo bastó con un "Creo que el joven Izuku es el indicado para reemplazarme. Tiene lo necesario para convertirse en el nuevo Símbolo de la Paz" para hacerla firmar cualquier cosa que Toshinori Yagui le pidiera. Y él —como el idiota que haría todo lo esté en sus manos para hacer sentir orgulloso al único familiar que le queda con vida— terminó accediendo a sus demandas, diciéndole adiós a sus amigos de la infancia, compañeros de clase, vínculos emocionales, sueños por cumplir y sitios cruciales en su conversión de niño a joven, y de joven a adulto. Todo a su alrededor estaba cambiando y no podía hacer nada para evitarlo.

—Solo acepta la situación y muévete —recuerda las dulces palabras que lo han impulsado una y otra vez a lo largo de su vida. No está en sus planes darse por vencido cuando ni siquiera lo ha intentado.

     Una vez dicho eso, compró un chicle de menta en la máquina expendedora del cuarto piso y caminó hasta la cafetería, donde All Might y su madre se encontraban completando los trámites de nuevo ingreso. Giró a la derecha en la siguiente esquina, tirando levemente de las puertas metálicas y visualizando a sus tutores legales en una de las mesas centrales mientras escribía con tinta azul sobre los documentos legales, bastante concentrados en no equivocarse como para presentarle atención a las muecas desagradables del adolescente.

El ilegítimo heredero se planta frente al rubio, obsequiándole la más hipócrita y menos psicótica de sus sonrisas.

𝐈𝐋𝐄𝐆𝐈́𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐄𝐃𝐄𝐑𝐎 ───── DEKUKATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora