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  Sábado; 09 de noviembre del 2019

 Mi primera semana libre de estudios del semestre no ha salido como pensé que sería. Me habría gustado compartir mucho con Marcus y Angélica pero ellos ya tenían compromisos, sin embargo, se las ingeniaron para compartir conmigo algunas horas durante la semana. Por lo qué, el resto de las horas y de los días, me tocaron estar solo y conocer la ciudad por mí mismo en compañía del Google Maps. La verdad es que la aventura no ha estado tan mal después de todo, porque he aprendido sobre algunas cosas y he podido movilizarme por mi propia cuenta, sin tener que esperar por alguien precisamente.

 Por otra parte, esta semana pude estar más en contacto con Isaac, quien ya me aseguró que estará llegando aquí el jueves. Eso me tiene muy contento, realmente lo he extrañado muchísimo y que podamos compartir a partir de ahora como hace unos meses significa que no todo lo que me pasa tiene que ser malo. Me ha comentado que se quedará en una casita que ha arrendado. ¿Cómo hizo para conseguir una? No tengo ni la más remota idea, pero es Isaac, así que no tengo porque sorprenderme, él siempre busca la manera de solucionar sus cosas.

 Así que recapitulando un poco, no ha sido una mala semana, bueno, eso si sacamos que con Griffin las cosas no están yendo bien. Prácticamente volvimos al inicio de todo. Apenas lo veo en los desayunos y unas que otras veces en la cena. Desayunamos juntos y cuando aparece temprano, cenamos juntos, pero él prefiere estar más callado de lo habitual. Cada tema de conversación que saco para animar un poco el ambiente, él me lo corta con sus respuestas monosílabas o con movimientos de cabeza, incluso los últimos dos días ni siquiera ha comido en el comedor, de hecho se aprovecha de que conoce al personal de la cocina para solicitar que le empaqueten la cena y se la lleva para comer quien sabe dónde.

 Y todo esto porque él es un obstinado y yo un cobarde por no haber dicho las cosas en su momento, ahora pago las consecuencias.

 ―¡Jayden! ―me exalto ante tal grito y casi termino cayéndome de la silla a causa del mismo. Veo a Angélica reírse y a Marcus preocupado ayudándome a tomar asiento correctamente―. Lo siento, Jay. De verdad no era mi intención asustarte ―dice Marcus apenado.

 Niego y agito mi mano restándole importancia. Ha sido mi culpa por estar pensando en Griffin, siempre en él.

 ―No pasa nada, Marcus. Puedes estar tranquilo.

 ―Además, es tu culpa por no estar prestándonos atención ―dice Angélica calmando sus risas―. ¿En qué tanto pensabas? Hemos estado como diez minutos llamándote y no nos has hecho caso.

 ―Lo siento, chicos. Estaba pensando en todo lo que ha ocurrido en esta semana y en que pronto mi mejor amigo estará acá.

 ―Claro, eso lo podemos traducir a que ha estado pensando en todas las citas que tuvo con Griffin esta semana ―veo a Angélica guiñarme un ojo y reír un poco, Marcus la sigue.

 ―Sí, pensaba en él, y en las citas que no tuvimos por mi culpa ―comento, soltando un suspiro y dejando caer mi espalda por completo en la silla.

 ―¿Eh? ―veo a Marcus quien luce confundido―. ¿Acaso paso algo entre ustedes?

 ―¿Ustedes sabían que Gri es gay? ―los veo compartir miradas y luego asentir al unísono―. ¿Y por qué no me lo dijeron?

 ―Jayden, ¿Recuerdas de quien estamos hablando? Se trata de Griffin, y por muy amigos que seamos de él, solo él tiene el derecho de decirle a quien quiera sobre sus gustos, no nosotros.

 Sé que Angélica tiene razón pero tal vez... solo tal vez, si lo hubiera sabido las cosas serían distintas el día de hoy y Gri estaría con nosotros esta noche.

El chico de la habitación 230Where stories live. Discover now