El chico de la habitación 230

23: Parte I

           Jayden

—Muy bien, jóvenes. Antes de dar por concluida la clase, debo informales que tendremos una evaluación grupal. Les asignaré un trabajo el cual deben entregar y defender en la respectiva semana de exámenes, el trabajo estará conformado por tres personas y ustedes pueden elegir a sus compañeros. Cuando tengan los integrantes me enviarán la información por correo y les asignaré el tema a desarrollar. Es un grupo de tres personas, no quiero recibir trabajos individuales ni de parejas, así que ya están advertidos. Dicho eso pueden retirarse.

Suspiro con pesadez mientras recojo mis utensilios escolares. ¿El profesor no se ha dado cuenta de que existen estudiantes asociales que no conocen a sus compañeros de clases? Porque si no se ha dado cuenta yo paso y me presento.

Hago una mueca y me coloco de pie tomando mi mochila, colgándola en mi hombro mientras comienzo a caminar a la salida. Ahora tengo que pensar con quiénes colocarme para hacer el trabajo, porque dudo que Aisha quiera tomarme en cuenta para hacerlo con ella y con Annie.

La mayoría de los estudiantes de este grupo se conocen, así que no me sorprende que la mayoría de los grupos ya estén completos, tendré que esperar que alguien quede sin grupo y ofrecerme. Escribiré más tarde por el grupo de la materia, por ahora iré a comer porque mi estómago exige furioso que lo alimente.

Salgo del salón y camino tranquilamente por el pasillo, pensando en cuál será el menú de esta tarde en el comedor, espero que sea algo delicioso y que sirvan una porción bastante justa para poder satisfacer mi apetito, aunque a decir verdad siempre sirven una cantidad justa para todos.

Al ingresar hago la rutina de siempre de tomar la bandeja, hacer la fila para retirar la comida y esperar mi turno. Cuando me sirven agradezco y sonrió emocionado al ver que se trata de arroz, ensalada y una muy buena pieza de pollo. Camino con cuidado hacia la mesa donde están los chicos y de camino veo a Marcus en la mesa con sus amistades, nos saludamos con un movimiento de rostro y sigo de largo hasta llegar a la mesa donde me sorprendo al ver que están dos personas que no conozco y que parece que Angélica sí, porque están charlando con ella mientras que Griffin está ensimismado en su platillo.

No puedo evitar sentir un cosquilleo recorrer todo mi cuerpo cuando él alza el rostro por un instante y gira hacia mi dirección, logrando que nuestras miradas se crucen brevemente. Él me regala una sonrisa y yo se la devuelvo con nerviosismo. No lo había visto desde ayer cuando me dejó en la casa de mis padres, ni siquiera intercambiamos mensajes porque quise darle su espacio, por lo que aunque no lo vaya a decir en voz alta, sé que estaba ansioso por verlo y saber si estaba bien.

Me detengo frente a la mesa y Angélica me ve y saluda con una sonrisa explicándome de inmediato que son compañeros de clases con quienes está organizando una tarea de forma urgente y que espera no molestar. Simplemente niego y termino por sentarme junto a Griffin, lo cual no me ayuda mucho, ya que siento mi corazón un poco agitado.

―Qué bueno que llegaste, estaba por volverme loco con Angélica y sus amigos ―me susurra Gri cuando se acerca a mi oído.

No le digo nada, tan solo le sonrío y me dispongo a comer. No entiendo porque me comporto de esta manera si hemos incluso compartido la misma cama, volver a pensar en ello causa que me sonroje y casi me animo a ocultar el rostro en el plato de lo rojo que siento mi rostro. No debo estar pensando en ese tipo de cosas y menos en un momento como este.

Trato a toda costa de calmarme y bloquear cualquier pensamiento que me altere aún más los nervios y me dispongo a comer medianamente tranquilo. Apenas y escucho a Angélica y a sus compañeros intercambiar palabras, así que ni siquiera me resulta molesta la presencia de ellos, de soslayo veo que Griffin está comiendo bastante tranquilo, así que no hay razón para estar nervioso, al menos eso es lo que me digo.