𝐆𝐄́𝐍𝐄𝐒𝐈𝐒 ⸻ teen wolf.

chapter four

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❝ and good for you, i guess that you've been workin' on yourself ❞
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DESDE QUE DESCUBRÍ que era una quimera no había dejado de pensar en ello. Papá realmente se asustó al saberlo, y yo no sabía qué demonios pasaba conmigo. Ni siquiera sabía qué clase de especie sobrenatural era, y Deaton no estaba para ayudarme.

Era de noche, la manada estaba reunida luego de un "paseo" a la casa Eichen. Stiles simplemente me llevó una copia de un libro que debía leer para saber si los Doctores del Miedo me habían hecho algo o no, aunque eso era más que obvio.

Me sentía rara. Por alguna extraña razón, me sentía enojada con todos. Sentía un gran vacío en mí que no se llenaría con nada. Algo en mí faltaba, pero seguía sin saber qué era ese algo. Desde que había regresado de Ámsterdam, las cosas con mis amigos no eran lo mismo.

No encajaba en la manada, tampoco tenía amigos en la escuela. Me sentía completamente sola. Pensaba en las quimeras. ¿Qué demonios pasaría conmigo? Definitivamente no quería morir, y era probable que eso pasara. ¿Mis amigos podrían salvarme? No estaba segura. Tampoco quería molestarlos, habían más quimeras por ser salvadas.

Stiles dijo que probablemente había algo en mí que me hacía especial, perfecta para que ellas experimentaran conmigo. Definitivamente mi hermano mayor no era bueno con las palabras. Pero aunque a veces no supiera cómo hacerme sentir mejor, no quería dejarlo sólo. No quería morir, no quería dejar a papá.

Yo quería tener la oportunidad de dar a conocer las canciones escritas por mí misma. Quería molestar a Liam, a Stiles. Quería agradecerle a Theo por lo que había hecho por mí, quería salvar yo a mis amigos. Quería abrazar a Scott, disfrutar con Malia, Lydia y Kira.

Quería hacer amigos, salir de fiesta, enamorarme una vez más. Tener una relación feliz con alguien que me amara tanto como yo a esa persona. Quería emborracharme, llorar y bailar.

No quería morir a mis dieciséis años, sólo quería vivir mi vida. Quería ser una adolescente normal. No quería tener que estar preocupándome por si alguien quería asesinarme o por si yo era la asesina.

Había dejado de asistir a la escuela, todo el día estaba encerrada y acostada en mí habitación, pensando qué hacer para no odiarme tanto a mí misma. No quería ver a mis amigos, ni siquiera a Malia o Mason. Yo no quería ser otra persona, sólo no quería odiarme a mí misma.

Inconscientemente, una lágrima cayó por mi mejilla. Estaba llorando, y no lo noté hasta que alguien tocó la puerta. Me senté en la cama rápidamente, limpié mi cara. Me dirigí a la puerta, y pude ver a Theo, quien sonreía. Su sonrisa desapareció cuando vió mis ojos.

— ¿Génesis? — preguntó con un tono de preocupación en su voz.

— Hola, Theo. ¿Qué haces aquí tan tarde? — le abrí paso a mi habitación, me senté en mi cama.

— Oh, una reunión con los chicos para leer un libro... — miró a mi mesita de noche, frunció el ceño. Lo tomó y me miró confudido. — ¿También lo estás leyendo?

Asentí. — Bueno, podría decirse que soy una quimera.

— ¿De qué hablas? — dijo posicionándose frente a mí, sonreí con lágrimas en los ojos.