chapter six

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every now and then i get a little bit restless and i dream of something wild
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NOS DIRIGÍAMOS CON PAPÁ y Liam hacia la estación de policía. Necesitábamos toda la ayuda posible, incluso de Theo. Le habíamos propuesto a papá la idea de que Theo Raeken peleara a nuestro lado, y aquí estábamos. Frente al de ojos claros, quien estaba encerrado en una celda. Mi padre tenía la tarjeta en su mano.

— Por favor, por favor, díganme que tienen la llave. — mi padre lo miró.

— También traje mi arma. — habló mi padre.

— Y tu sentido del humor, es estupendo. — dijo sarcástico Theo. — Pero si somos los únicos que quedan en Beacon Hills nos necesitamos. Así que deben sacarme de ésta celda.

— No podemos confiar en ti. — habló Liam.

— Entonces sean realistas. — respondió molesto Raeken. — La confianza no importa ahora. Y tomando en cuenta cuántos son ellos deberían querer todo el apoyo disponible.

Bajé la mirada, suspiré. — Odio decir que tiene razón, pero tiene razón.

Mi padre me miró. — Si te dejo salir, y veo algún comportamiento sospechoso, o si veo que intentas lastimar a mi hija otra vez, te meteré tantas balas en la cabeza que ni Dios podrá reconocerte.

Raeken sonrió burlón. — Soy ateo, puedes disparar.

Mi padre jugueteó con la tarjeta en sus manos, Theo comenzó a ponerse nervioso. Truenos y relámpagos se hicieron presentes.

« Thor, por favor, llévate a los Jinetes con la tormenta. » Pensé.

Theo se lanzó contra la celda, intentando agarrar la tarjeta. Sin embargo, mi padre retrocedió.

— Dime una cosa. — el joven Raeken rodó los ojos. — Háblame de mi hijo. — Theo rió. — Dime una cosa que recuerdes sobre Stiles.

— Si pasas la tarjeta te diré todo lo que quieras.

— Papá, están cerca. Lo necesitamos. — advertí.

— Una cosa. ¡Sólo una cosa! — gritó mi padre.

También tenía curiosidad, miré a Theo. El forcejeó con lo barrotes. — ¡Dilo, Theo! ¡Dí algo! — él no hablaba. Enarqué una ceja. — Está bien. Liam, vámonos. Podemos buscar ayuda de alguien más.

Mi padre y yo volteamos, sin embargo el grito de Theo nos hizo frenar.

— ¡Era listo!

Yo volteé a verlo, él bajó la mirada.

— Tan listo que no confiaba en mí, tan listo que no quería que su hermana se acercara a mí.

Miré a mi padre, él pasó la tarjeta por el lector y corrimos. Nos detuvimos al escuchar el sonido de un galope.

— ¿Cuántos son? — cuestionó mi padre.

— No lo sé, escuché un par de caballos, tal vez más. — respondió.

— Cinco, cinco de ellos. — habló Theo.

𝐆𝐄́𝐍𝐄𝐒𝐈𝐒 ⸻ teen wolf.Where stories live. Discover now