𝐆𝐄́𝐍𝐄𝐒𝐈𝐒 ⸻ teen wolf.

chapter nine

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❝ every now and then i get a little bit terrified but then i see the look in your eyes ❞
( Génesis POV )
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PRIMER DÍA DE ESCUELA luego de unas vacaciones que parecían haber durado quince minutos. Hayden se había ido, Liam había perdido su ancla. Theo se había ido, yo otra vez había perdido mi ancla. Liam no podía controlarse y yo increíblemente sí podía.

Desde que Theo no estaba y durante todas las vacaciones había aprendido a ser mi propia ancla. Tampoco podía ser Stiles mi ancla, ya que él se fue a la universidad y ya no estaba ahí. Aunque nos escribíamos la mayor parte del tiempo.

Por tercera vez, me había prometido a mí misma no involucrarme en el mundo sobrenatural. Quería pasar mi último año como una adolescente normal, con la diferencia de que las otras chicas eran humanas y yo una quimera entre una banshee, una sirena y una mujer lobo. Eso no tenía nada de normal. Liam y Mason, antes de los problemas amorosos del primero, Intentaban conseguirme una pareja. En especial Mason.

Primer día de clases. Liam y Scott habían encontrado una manada de lobos muertos, pidieron mi ayuda, sin embargo me había negado. En ese momento, me encontraba en el registro para mis clases, era obligatorio para quienes empezaban el último año. Entré, ví a la consejera en su silla. Me senté y ella miró mi calendario.

— Génesis Stilinski, notas perfectas, igual que tu hermano. — sonreí levemente. — Veo que elegiste la clase de música como extracurricular.

— Sí pues... Me gustaría estudiar música al graduarme. — hablé, ella asintió.

— Te oí cantar o tararear en los pasillos, eres muy buena.

— Gracias. — solté, ella sonrió.

— ¿Eres buena en algo más? — cuestionó.

— Me gusta la poesía, me gusta convertir mis pensamientos en canciones. — respondí, ella se apoyó en el escritorio, como analizandome.

— ¿Por qué en canciones? — preguntó, fruncí levemente el ceño.

— Porque la música me hace feliz. — respondí una vez más, ella asintió.

— ¿No has pensado en venir en el horario de consejería? Podrías compartir esos pensamientos conmigo. Génesis, todo lo que hablamos, queda entre nosotras dos. Puedes hablar de lo que sea, y cuando digo eso, me refiero a lo que quieras. Nadie lo sabrá. — incitó, yo la miré.

Algo en mí me decía que esa mujer tenía algo extraño, que escondía algo, y luego de todo lo que pasé, confiar en mis instintos no era una opción.

— ¿A qué se refiere? — cuestioné.

— Sé que los estudiantes de ésta escuela han visto y vivido cosas que no se pueden explicar fácilmente.

— Ya no estamos hablando de lo que siento, ¿verdad? — pregunté intentando que no notara mi desconfianza.

Ella rió. — Me tomo todo ésto en serio, Génesis. Repito, todo lo que hablemos, se queda entre tú y yo. ¿Entiendes? No saldrá de aquí. Hablaremos de lo que tengas necesidad de hablar.