𝐆𝐄́𝐍𝐄𝐒𝐈𝐒 ⸻ teen wolf.

chapter five

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❝ turn around, bright eyes, every now and then i fall apart ❞
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ESTABA SENTADA FRENTE A la jaula donde se suponía que debía estar el Jinete, en su lugar, sólo quedaba su cuerpo con parte de la cabeza abierta. Luego de unos minutos, Liam, Hayden, Mason y Scott entraron. Vieron al Jinete, luego desviaron su vista hacia mí. Liam corrió a mi lado.

— Génesis. — llamó, no podía contestar. Me tomó de las mejillas. — Génesis, reacciona.

Hayden levantó la vista y observó a Theo. Corrió hacia él, y lo tomó de la campera estampándolo contra la pared.

— ¿Qué hiciste? ¿Tocaste a Génesis? — cuestionó molesta.

— Fue el señor Douglas. — habló nervioso, miró a Scott. — Se comió su cerebro...

— Scott tenía razón... — habló Liam poniéndose de pie. — Te enviaré de vuelta.

Yo tomé su mano, él volteó a verme. — No fue Theo, fue el señor Douglas. — Liam frunció el ceño.

— No fue su cerebro. — dijo Scott mirando el cuerpo. — Se comió la glándula pineal.

— No pudo ser Theo. — habló Mason. — Éstos casos vienen sucediendo hace días.

— Oigan... — llamó Liam. — Su látigo no está.

Lentamente me paré, dirigí mi vista a Theo, quien me miraba asustado. Luego de un par de segundos, bajé la mirada.

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Llegué a casa en la noche. Me sentía cansada, me sentía sola. Era muy extraño, llegar a casa y sentir esa horrible sensación de vacío. Dejé mis cosas en la sala de estar y me dirigí a mi habitación. Pasé a un lado del agujero en la pared, a un lado de la habitación sellada. Entré al cuarto, estaba vacío y lleno de polvo.

Unas inmesas ganas de llorar me invadieron. Suspiré y me acerqué a la ventana, pasé mis dedos lentamente por la superficie. Volteé y pude ver repisas, las cuales no estaban ahí. Papá entró.

— Papá, ¿desde cuándo está eso ahí? — cuestioné, él frunció el ceño.

— No estaba. — respondió.

Ambos nos acercamos, él pasó su mano lentamente por la repisa. En un abrir y cerrar de ojos, una cajita con ganchos y un hilo rojo habían aparecido.

— Papá... — llamé. Miré el hilo, lo tomé con ambas manos. — Ya sé qué hacer.

Puse un extremo del hilo en el centro de la habitación, lo enganché y comencé a llevarlo hasta una pared.

— Gén, mira. — llamó mi padre, volteé y observé una pizarra.

Mi corazón comenzó a latir rápidamente. Enganche el hilo por toda la habitación, viajando de un lado al otro, recuperando objetos por todos lados. No podía parar, tampoco quería hacerlo. Cuando el hilo se me acabó, me paré a un lado de papá en la puerta.

Miré toda la habitación, todas las cosas de Stiles estaban de regreso. Tomé la mano de mi papá con nerviosismo, él la apretó. Nos miramos, él tenía los ojos cristalizados igual que yo.