Broken Pieces ❥ muke

1 ❥ glitter

━━━━━━ ･ ｡ﾟ❥ : *.☽ .* : ❥ . ━━━━━━

GLITTER
[brillantina]

━━━━━━ ･ ｡ﾟ❥ : *.☽ .* : ❥ . ━━━━━━

En sus cortos veintitrés años de vida, estaba casi seguro de que jamás había llegado tarde.

Siempre se consideró una persona realmente organizada. Le gustaba tener alarmas para cualquier ocasión importante, tenía agendas (y sí las cumplía) y recordatorios. Un perfecto sistema que lo ayudaba a sentirse en control, aunque hubieran ocasiones en las que no podía evitar tener una falla.

Hoy era un día de esos.

Era un día importante, bastante, que podría redefinir su vida y su futuro. Lo que lo llevó a dar vueltas en su cama, sintiendo los nervios subir por su pecho mientras su cabeza no era capaz de dejar de mover sus engranajes, impidiendo que pudiera cerrar sus ojos y entrar a ese estado de sueño que necesitaba. Eso solo ocasionó que dos alarmas fueran postergadas y, media hora después, se encontrara corriendo por una de las calles más saturadas de Londres con un embace de café casi vacío en la mano y su mochila moviéndose de un lado para el otro a cada metro que avanzaba con sus largas piernas.

De acuerdo, tenía que ser en parte la culpa de la chica del Starbucks de una calles atrás. No iba a cargar con toda la culpa cuando fue ella quien no había escuchado bien su orden y no sabía diferenciar un Cappuccino de un Frappuccino. Eso lo hizo perder unos valiosos diez minutos extras, sin contar con el tonto tráfico de la ciudad que lo hizo tener que bajarse de su taxi.

Por suerte, el GPS de su celular lo ayudó a no perderse, haciendo que pudiera ubicarse como el pequeño punto azul entre las diferentes calles y avenidas que lo rodeaban. Y, finalmente, otros diez minutos después, se encontraba delante de su destino, con solo alrededor de veinte minutos de retraso.

Pudo ser peor.

Un hombre en la puerta lo hizo perder valioso tiempo extra al pedir su identificación y unos largos cinco minutos en buscar su nombre en la amplia lista que cargaba en sus manos. Fue luego de pasar su mochila por un detector de metales y botar su embace vacío de café que pudo entrar al edificio con una expresión de fastidio y el corazón casi saliéndose de su pecho.

Una vez dentro, solo corrió. Usó sus largas piernas como ventaja para caminar por los largos y amplios pasillos del gigantesco lugar. Subió dos pisos de escaleras, todavía recordando las indicaciones que se le fueron dadas en la entrada. Y, luego de unos minutos que se sintieron horas, estaba delante de la puerta en la que debió estar hacía casi veinte minutos, con sus manos sudando y su cuerpo temblando de los nervios.

Quizá, también emoción.

Esto era algo grande, y no podía arruinarlo. Era el comienzo de algo que trazaría el resto de su futuro. Pero, sin presión, ¿verdad? Solo eran el resto de los días de su existencia. Pff.

Luego de tomar una gran bocanada de aire, su mano tomó la manija de la puerta, todavía temblando y con sudor. Pero, antes que pudiera encontrar la valentía que necesitaba para abrirla, alguien más le gañó, ocasionando que su cuerpo casi perdiera el balance al tener que apartarse repentinamente.

Después, unos ojos color avellana con una sonrisa de hoyuelos debajo estuvieron en su campo de visión, logrando que sus nervios disminuyeran por unos segundos y sintiera algo de alivio. Era bueno ver un rostro conocido en lugar donde era un completo extraño.

—¡Viniste! —exclamó Ashton, rodeándolo con sus brazos solo porque él siempre fue una persona que le gustaba tener contacto con los demás. Se consideraba una, hasta que lo conoció a él —. Esperaba verte más temprano, teniendo en cuenta la hora que te levantas para hacer las compras —soltó una risa nerviosa.