6 ❥ impulsive

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IMPULSIVE
[impulsivo]

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Un día con catorce horas.

Casi siempre era bueno ignorando los problemas en su vida, tragando sus sentimientos o tirarlos a lo más profundo de un pozo sin fondo para no tener que lidiar con ellos en un futuro. Si no pensaba en ellos, entonces no existían. Simple.

Pero, fue un día con catorce horas todo lo que su cabeza pudo soportar antes de que estuviera metiéndose en algo que le podría traer más problemas, pero sin molestarse demasiado en pensar en las consecuencias de sus acciones.

Jamás pensaba demasiado al hacer algo. Nunca tuvo miedo de decir o hacer lo primero que pasaba por su mente. ¿Quería un cigarro? Lo fumaría, sin importar que se encontraba en medio de una sesión de fotos. ¿Tenía ganas de estar ebrio hasta perder la consciencia? Iría al club más cercano de la ciudad y tomaría increíbles cantidades de alcohol hasta vomitar. ¿Quería acostarse con alguien? Lo haría, y no dudaría en arrastrarlo al hotel más cercano de la zona.

Era impulsivo, o eso fue lo que dijo su maestra de Química cuando rayó su auto porque lo hizo ir a la escuela de verano. Pero, de todas formas, no le molestaba, prefería ser esto a pensar demasiado y hacer que todo se volviera más complicado de lo que ya era en su cabeza.

Sabía sus límites, y que algunas veces, no podría decir o hacer lo primero que pasara por su cabeza. Pero, casi siempre lo hacía.

Este era un límite que no debió pasar.

Estuvo una buena cantidad de horas leyendo otro de esos libros para adolescentes que tenía en su librero, solo para poder callar a su cabeza e intentar disfrutar su día libre antes de la siguiente sesión de fotos que tenía programada. Funcionó por una hora, y luego estaba buscando algún videojuego con el que entretenerse en la gigantesca colección que tenía en su apartamento.

Eso casi siempre lograba distraerlo por más tiempo de lo necesario, hasta que sus ojos ardían y tenía que usar esos tontos lentes que su oftalmólogo le recomendó a los diecisiete años. Solo que, esta vez, fue el sonido de su estómago sonando lo que lo hizo acabar con la tranquilidad.

Y, en ocasiones como estas, comería la tercera parte de su barra de cereal sabor a manzana, o algunos frutos secos que casi siempre serían suficiente para calmar la sensación de ardor que podía permanecer por horas, pero en el momento que caminó hacia la cocina, las palabras que estuvo intentando callar todo este, y el anterior, día volvieron a su cabeza.

Nunca llegarás al nivel de cualquier modelo de esta habitación por más que lo intentes.

Fue esa la chispa que hizo que tomara su abrigo y llaves, y estuviera contactando a su asistente para requerir la información que necesitaba mientras tomaba el primer taxi que pasara por su delante al salir de su edificio.

Esto no se quedaría así.

Si no podía callar a la voz de su cabeza con simples distracciones, entonces tendría que encargarse de cortar el problema de raíz. Y, siempre fue demasiado bueno en eso.

Diez minutos después ya se encontraba delante de otro edificio. No era tan lujoso o alto como el suyo, ni se encontraba en alguna de las zonas exclusivas de la ciudad, pero se veía decente a simple vista. Estaba seguro que fue arrastrado a perores lugares luego de salir ebrio de bares.

Como si la suerte estuviera de su lado, la chica de recepción lo reconoció y no necesitó dar mayor información además de decirle que estaba visitando a un amigo cercano, para luego tomar el ascensor y buscar el número de apartamento que se le había sido enviado a su celular por mensaje. Realmente tener un asistente fue lo mejor que le pasó en su vida.

Broken Pieces ❥ mukeWhere stories live. Discover now