10 ❥ rock-bottom

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ROCK-BOTTOM
[tocar fondo]

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—No te queda.

Esas siempre fueron las palabras que más le aterraron escuchar.

Se sentían como daga yendo directamente hacia su pecho, ocasionando que la sensación de nauseas apareciera en su garganta y quisiera vomitar todo el contenido de su estómago aunque no quedara nada dentro.

—Algo debe estar mal. Quizá, solo tenga-

—No, es demasiado pequeño para ti —interrumpió la chica de vestuario, volviendo a intentar subir sus pantalones, pero deteniéndose a mitad de sus muslos. Ella soltó un sonido frustrado para luego tomar su intercomunicador —. Necesitaremos un arreglo para el vestuario número dos del modelo siete.

Su mirada fue en ese instante hacia el espejo de su lado, casi sin poder evitarlo. Sus ojos recorrieron su pecho, cubierto por una llamativa camisa que su madre había diseñado, pero deteniéndose en el final, de donde se asomaba su estómago por los botones abiertos.

Cuando su mano pasaba por la zona se sentía casi liza, pero cuando sus ojos le mostraban otra imagen en su reflejo, había una zona abultada, que se veía demasiado prominente, como si hubiera comido una pizza entera antes de venir a la prueba de vestuario. Algo, completamente ilógico porque para días como estos siempre se preparaba más.

Sabía lo mucho que podía jugar con su cordura las pruebas de vestuario. Había pasado antes, no era la primera vez que alguien le decía que alguna de las prendas no le quedaban o necesitaba apretar el estómago para hacerla encajar. Y, era por eso que tenía un perfecto sistema el día anterior.

No había comido nada en veinticuatro horas. Nada. Estuvo tomando grandes cantidades de agua solo para calmar el sonido de su estómago, pero aparte de eso, ningún solido fue ingerido. Debería quedarle el vestuario, porque eso solo significaría que había subido de peso, y eso no podía ser posible.

Estuvo contando demasiado bien sus calorías, pesándose diariamente y asegurándose que los números se mantuvieran o, si es que era posible, que siguieran bajando. Por lo tanto, esto no tenía sentido.

Quizá, fue esa ensalada que comió en el apartamento de Luke hace cuatro días, o esa manzana que dejó a la mitad. Fue lo único diferente en su dieta.

Luke como siempre, haciendo que sus planes cambiaran.

—¿Está segura que no entran? —insistió, viendo a la mujer levantar la mirada de la pantalla de iPad en sus manos. Ella miró los pantalones por un momento para luego verlo.

—Completamente. Si seguimos intentando, pueden llegar a romperse —el sentimiento de nauseas aumentó ante la idea, haciéndolo sentir asqueado de su propio cuerpo —. No te preocupes, solo adaptaremos las medidas a tu cuerpo y confeccionaremos un nuevo traje. Para eso están las pruebas de vestuario.

—Pero siempre me quedan —soltó, odiando sonar insistente, pero simplemente, en su cabeza no podía caber el hecho que su cuerpo no cumpliera las medidas acordadas.

—Supongo que siempre hay una primera vez para todo —respondió la chica, con la mirada de vuelta en el iPad de sus manos —. Cámbiate, que tengo que informarle a los diseñadores del cambio —fueron las últimas palabras de ella, para luego salir de su vestidor.

Dejó su cuerpo caer contra una de las paredes del reducido espacio, mientras sus ojos escaneaban el reflejo de su delante, viendo una de las tantas fallas en su cuerpo.

Broken Pieces ❥ mukeWhere stories live. Discover now