73 ❥ real man

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REAL MAN
[verdadero hombre]

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El ambiente se sentía dolorosamente frio. Es más, se atrevería a decir que este era el día más frío en la ciudad. O, quizá, solo era su imaginación gracias a la situación por la que estaba pasando.

Una mano sujetaba la suya firmemente, mientras sus piernas se movían casi robóticamente, dejarse guiar por la presión del agarre que lo sostenía, casi sintiéndose como alguna clase de muñeco a control remoto. Se sentía desconectado, inconsciente de todo lo que estaba pasando, o simplemente negándose a estarlo.

Escuchó el ruido de una reja abriéndose y un fuerte sonido de una alarma que hizo que su cuerpo temblara y sus pasos se detuvieran. Todo se sentía demasiado fuerte, intenso y casi abrumador.

Escuchó una voz femenina de fondo que hacía preguntas, pero no fue capaz de responder alguna de ellas. Por suerte, no tuvo que hacerlo, porque alguien más lo hizo en cambio, la misma persona que sostenía firmemente su mano y se encargaba de entragar ambos carnets de indentidad a la mujer tras la ventanilla.

Firmó unas cuantas formas con sus temblorosas manos, para que luego escuchara el sonido de otra puerta de metal abriéndose y que su cuerpo volviese a ser guiado por ella. El aire era tenso y podía sentir el olor a humedad en el ambiente. Metal húmedo, causado por las últimas tormentas de nieve.

Entró algo parecido a un area de espera, donde más personas se encontraban dentro antes de ir a la verdadera zona de visitas. Aún tenían que pasar por un detector de metales según la oficial que los atendió, además de tener que dejar sus celulares y cualquier otro aparato tecnológico antes de entrar. Por ahora, solo esperaban, y la espera se sentía mucho peor que todo lo demás.

Cuando tomó asiento en las incómodas sillas de metal ambas de sus manos se estaban aferrando al brazo de la mano que sostenía, hundiendo levemente las uñas de la delicada piel, sintiéndose incapaz de encontrar otra forma en la que controlarse.

Necesitaba un cigarro.

Necesitaba una cajetilla completa de cigarros.

No, necesitaba salir de aquí.

—Hey —dijo una suave voz que lo hizo levantar rápidamente la mirada hacia el dueño de esta. Ojos verdes mirando en su dirección, notándose preocupados —. ¿Estás bien?

—¿Por- Por qué no lo estaría? —preguntó, con un mal intento de voz confiada y solo logrando que esta desafinara al final de su oración e hiciera que una mueca se posara en su rostro.

—Pues, en primera, estás clavando tus uñas a mi brazo —mencionó Michael, viendo hacia sus manos, con sus dedos hundidos en la pálida piel y haciendo que tomara este leve color rojo.

—Oh, lo siento —se apresuró en decir, soltando el agarre del brazo de su novio, pero aún sujetando su mano con fuerza.

—Puedes decirme qué pasa —dijo él en voz baja, acariciando sus nudillos con las puntas de sus dedos —. Sigo creyendo que eres la persona más fuerte que conozco aunque estés nervioso o asustado. Has llegado hasta aquí y creo que eso demuestra que no eres para nada débil. Solo habla conmigo, por favor —pidió él, acariciando su mejilla con la punta de su fría nariz lentamente.

Michael siempre estaba frío hasta ahora. A medida que el invierno avanzaba solo era peor. Según su doctora, dijo que era una reacción normal de su cuerpo gracias a lo acostumbrado que estuvo a una baja temperatura por una gran cantidad de tiempo en el cual se restringió de los azucares que necesitaba. El café ayudaba, al igual que las barras de energía y también cuando lo sujetaba contra su cuerpo y le daba algo de calor corporal.

Broken Pieces ❥ mukeWhere stories live. Discover now